El invicto de Central en esta Superliga ya no es virtud. Antes que destacar el hecho de no haber perdido en las primeras nueve fechas del torneo, esta serie de siete empates consecutivos potenció casi al máximo la necesidad de ganar. Y la sumatoria de puntos, que ya se encuentra por debajo del 50 por ciento de los que hubo en disputa, repercute directamente en la tabla de los promedios, donde los auriazules no consiguen el objetivo de base escapar de la zona roja.
La “evolución” de la que habla Diego Cocca en cada conferencia de prensa post partido, no se notó el último domingo ante Lanús. Es más, en algunos aspectos, puede decirse que el equipo retrocedió. Y quedó flotando la sensación de que, para sumar de a tres, llegó la hora de las variantes. De forma, de nombres, o de las dos cuestiones, modificaciones que permitan acelerar el proceso de identificación futbolística de este Central. Un ADN definido, cierta regularidad que genere confianza.
Una de los problemas nominales está en el centro de la escena. No es el único, pero tal vez sea el más visible. Y tiene que ver con el sector izquierdo del mediocampo. Allí, primero le costó hacer pie a Diego Zabala. Y ahora a Joaquín Pereyra, la fallida apuesta del DT en los últimos dos partidos. Ni uno ni otro fue solución.
Además, en cuanto al funcionamiento colectivo, al Central de Cocca le cuesta generar en ofensiva. Hubo pocas excepciones en estas nueve fechas: ratos ante Talleres y Patronato en Arroyito, y el partido frente a Racing también en el Gigante. Pero en la mayoría de los partidos, especialmente fuera de casa, los auriazules tuvieron inconvenientes para construir jugadas de gol. Al menos fueron efectivos, llegando poco, el canalla casi siempre convierte.
Tal vez las mayores virtudes de Central aparezcan cuando el equipo no tiene la pelota. Allí, cuando se dispone a recuperar, el canalla es incómodo para cualquier rival. Corre y presiona con criterio. Y lo hace casi sin cometer faltas, siendo en este rubro uno de los mejores de la Superliga. Aunque, evidentemente, con esto no le alcanzó para ganar los últimos partidos.
Cocca hace sus cuentas y, de esta serie de empates, lamenta los puntos que se escaparon de local ante Patronato y Racing. Pero en su particular evaluación de esta racha el técnico no contempla que también podría haber perdido puntos. Como los que rescato en las visitas frente a San Lorenzo, Unión o Lanús, por ejemplo.
De todos modos, no hay tablas que contemplen los merecimientos de los equipos. Y la que más importa hoy en el Mundo Central es la de los promedios, la que definirá tres descensos al final de la temporada. Para eso todavía quedan 75 puntos en juego, es cierto. Pero el plazo de Cocca para que el equipo mejore sumatoria y funcionamiento, parece mucho menor. El T volvió a perder crédito tras el cotejo con Lanús. En el fútbol mandan los resultados y esta no será la excepción. Si Central no gana pronto, los cuestionamientos pondrán al técnico en una situación difícil de sostener para la directiva canalla.