Enrique Genovar
Una presentación para el olvido, y ya van varias. Central no dio la talla en su visita a Defensa y Justicia y cayó 2-1, sin atenuantes ante el penúltimo de la tabla. El equipo de Matías Lequi volvió a entrar dormido a un partido y lo pagó carísimo. Así quedó a tres encuentros del último que hoy se clasifica a la Sudamericana 2025 y con 9 equipos por delante a esa posición que hoy posee Instituto.
Otra salida en falso. Cuarta derrota consecutiva fuera del Gigante. Lo bueno que había conseguido ante el líder Vélez lo mandó al diablo rápidamente. El Central de Lequi fue derrotado por un muy humilde Halcón, que nada tiene que ver con el de otros años.
Los primeros minutos fueron fatales para cualquier aspiración de poder sumar puntos. Es que desde el arranque el local impuso condiciones y en las primeras dos llegadas golpeó a la mandíbula del Canalla y antes de los 15 se puso 2-0.
Central buscó reaccionar pero los que encargados de jugar y hacer jugar al resto no lucieron finos. La decisión de Lequi de volver a poner como titulares a algunos futbolistas que no están para serlo fue errónea, ya que la mayoría de estos volvieron a fracasar. El tridente Giaccone, Lovera y Copetti no anduvo, como había ocurrido en el juego ante el Fortín.
Encima esta vez la defensa no presentó solidez. El Coyote muy falto de ritmo hizo que la ausencia de Sández se sintiera en demasía y el bueno de Mallo no tuvo un buen partido; muchos agravantes como para que la cosa saliera bien en el Tito Tomaghello.
Con enojos y reclamos entre los protagonistas en pleno partido. Con muchas dudas y una incapacidad llamativa para dar vuelta las acciones terminó el primer tiempo para Central. Sin dudas el pitazo de Lamolina fue la mejor noticia desde que comenzó el partido…
Para salir a jugar el complemento todo hacía prever que iba a haber alguna modificación. Es que la caída por dos goles obligaba a Lequi a intentar proponer algo distinto. Por ejemplo: romper el doble cinco y agregar un punta más o cambiar nombres en la zona de creación. Sin embargo, el Flaco no lo decidió así y el Canalla salió con el mismo once a disputar el segundo tiempo en Varela.
A pocos minutos de comenzar la última parte y ver que no había respuestas el técnico mandó a la cancha a Ruben en lugar de Lovera. Así Central se paró 4-4-2 con Giaccone y Malcorra a los costados del inamovible doble cinco.
Llegado a los 20 Ruben tuvo el descuento, pero Bologna respondió de gran manera ante el cabezazo del goleador canalla. Tras eso Lequi sí decidió romper el doble cinco y mandó al juvenil Duarte al campo en lugar de Ortíz. El pibe se ubicó por derecha, Giaccone fue a la izquierda y Malcorra se paró de enganche, un 4-3-1-2 para terminar el partido.
Con ese dibujo se vio lo mejor de Central y llegó al descuento a través de un cabezazo de Quintana cuando todavía faltaban más de quince para el final. Con ganas pero sin ideas el Canalla fue por el empate, pero terminó sin poder sumar. Y con una derrota que duele porque el equipo dio un paso hacia atrás y se muestra muy lejos de ser uno de confianza.
Central jugó mal gran parte del partido y lo perdió. Sólo estuvo a tiro de la igualdad por lo humilde del rival. El objetivo de la Sudamericana quedó lejos y todavía falta mucho para el final de la temporada. El año sigue siendo malo y parece difícil de que esa calificación cambie con estos protagonistas.
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