El juicio por el femicidio de una adolescente torturada y violada reiteradas veces, cuyo cuerpo fue hallado en las márgenes de un río en la ciudad de Salta en marzo de 2017, se llevará a cabo entre el 2 y el 28 de febrero próximo. El debate oral estará a cargo de la Sala VII del Tribunal de Juicio de Salta, integrada por los jueces Paola Marocco, María Livia Carabajal y Francisco Mascarello.
Según fuentes judiciales, el tribunal juzgará a los seis imputados del femicidio de Daniela Paola Guantay, de 17 años. Los acusados son Julio César Monasterio, alias Gordo Julio; Norberto Silvestre, alias Chiqui; Carlos Alfredo Agüero, alias Chury; y Juan Reynaldo Álvarez, alias El Viejo, a quienes se les suman dos mujeres; todos ellos detenidos.
Los cuatro hombres están imputados de homicidio triplemente agravado por violencia de género, ensañamiento y el concurso premeditado de dos o más personas; abuso sexual con acceso carnal agravado por el número y calificado por la muerte de la víctima; y tortura agravada por la muerte de la víctima. Todos los delitos en concurso ideal agravado por la participación de un menor.
Mientras que Marisel Griselda Urzagaste será juzgada por homicidio doblemente agravado por ensañamiento y el concurso premeditado de dos o más personas y tortura agravada por la muerte de la víctima; en concurso ideal agravado por la participación de un menor de edad.
La otra imputada, que era menor al momento del hecho, afronta cargos por homicidio doblemente agravado por ensañamiento y el concurso premeditado de dos o más personas y tortura agravada por la muerte de la víctima.
La fiscal penal 3 de la Unidad de Graves Atentados contra las Personas, Verónica Simesen de Bielke, dijo que el hecho ocurrió entre la noche del jueves 2 y la madrugada del viernes 3 de marzo de 2017, en el domicilio de Álvarez, en el barrio 17 de Octubre de la zona norte de Salta Capital.
Luego de haber sido apresada, Daniela fue amarrada a una silla con las manos atrás mientras sus agresores le reclamaban por haberles robado droga, según las actuaciones del caso.
A partir de ese momento, todos los atacantes, con distintas intervenciones, empezaron a hacerle daño a la víctima, que se encontraba bajo los efectos de sustancias estupefacientes.
De los testimonios surgió que, tras sujetar a Daniela, le colocaron una bolsa en la cabeza para luego lastimarla sucesivamente con golpes y elementos cortantes, a modo de tortura.
La víctima había sido quemada y sucesivamente abusada, y le habían seccionado sus extremidades hasta matarla, tras lo cual, transportaron sus restos en un vehículo hacia los márgenes del río Mojotoro, donde fueran abandonados, y hallados el 7 de marzo de 2017.
Para la fiscalía, el lugar del hecho era el espacio que el imputado Álvarez ofrecía para que jóvenes mujeres fueran a comprar y consumir sustancias a cambio de diferentes favores sexuales y domésticos.
Allí, a cambio de droga, parte de los acusados le habrían “entregado” a Daniela, a Agüero, para ser “ajusticiada” entre todos los imputados y ante el resto de los presentes.
La fiscal hizo hincapié en la “violencia inusual” empleada para cometer el crimen y destacó como una prueba fundamental el aporte de testigos reservados.
Uno de esos testimonios refirió que Chury dijo que le había robado droga y que “le iba a cortar las manos a Daniela por ladrona”.