El símbolo, el capitán, el dueño de las horas más felices de su club. Como varios de sus compañeros, soñó con este presente en momentos duros, pero trabajó para lograrlo. Y en medio de la alegría, siempre prefirió la sapiencia de apostar al grupo y no desarmar algo que funciona.
“Teníamos tres rivales muy complicados en este cuadrangular. Era durísimo en la previa, pero desde el primer partido mostramos la intensidad que necesitábamos para ganar. Esa que no tuvimos en el resto del torneo. Y como lo hicimos desde el minuto cero de cada partido, tuvimos la ventaja de sacar buena diferencia y después jugar más tranquilos. Hemos jugado varios cuadrangulares definitorios y ganado, pero nunca tuvimos un rendimiento así”, explica Yanson, uno de los que tiene sangre azul.
“Somos del club, sabemos lo que cuesta esto. Ahora estamos en un buen momento pero no nos olvidamos que nos costó mucho y que no es algo común. Se disfruta mucho por lo que nos da la gente y estamos felices con el cuerpo técnico y el grupo”, añade y resalta el trabajo en la semana: “Buscamos entrenar así para luego jugar así, a veces sale y a veces no, buscamos la intensidad para sacar ventaja”.
Maxi fue otro de los que recibió, y recibe propuestas para emigrar en cada torneo que se inicia, pero también es quien influye para que el plantel de mantenga unido: “Ni hablar que lo fundamental es el grupo. Es fundamental llevarnos bien para poder seguir jugando así, hace que cada uno se sienta cómodo donde está. Si fuera sólo por lo económico, tanto los jugadores como Mariano (Junco) tendríamos la posibilidad de cambiar de club o subir de categoría, pero priorizamos pasarla bien y jugar con amigos”.
Y ahora la cabeza pasa a meterse en el Federal, en el que hay ganas de revancha. “El torneo pasado estuvimos muy cerca porque superamos el objetivo y estuvimos a un partido de jugar por el ascenso a la Liga Argentina. Nos quedamos con esa espina.
Tenemos claro que podemos, que lo queremos”, cerró.