Cuando todo daba a entender que la jornada de ayer iba a estar atravesada informativa casi exclusivamente por las repercusiones del anuncio de Cristina Fernández de Kirchner como candidata para un nuevo período al frente de la Casa Rosada, a unos trescientos cincuenta kilómetros de allí, más exactamente en Rosario, un hecho ocurrido en otro edificio gubernamental, el Palacio de los Leones fue una de las principales noticias del día. El protagonista fue Lucio Montenegro, un inspector municipal, quien aseguró haber visto a una espectral mujer sin rostro que dijo llamarse Yolanda en momentos que se encontraba solo en uno de los baños que tiene en la planta alta la sede principal del municipio. Tras la inquietante confesión, el hecho fue tomando dimensiones cada vez mayores a tal punto que terminó convirtiéndose en un tema gremial: quienes hacen el turno noche les hicieron saber a sus representantes sindicales que no querían cumplir con sus tareas por el temor que les daba la historia. El propio intendente Miguel Lifschitz reconoció que sabía de relatos de fantasmas en el lugar y sostuvo que éstos formaban parte del folclore y las leyendas urbanas que se vienen transmitiendo de boca en boca entre los empleados.
Según contó Montenegro, en un alto en la coordinación del tránsito en Santa Fe y Buenos Aires, el último Día de la Bandera ingresó al palacio municipal con la simple intención de ir al baño. Subió la escalera y en el excusado, repentinamente, sintió como se le helaba la sangre cuando –sin poder dar crédito a lo que veían sus ojos– una mujer de forma espectral y sin rostro le dijo: “Soy Yolanda, decile al sereno que me deje la luz prendida”. Acto seguido, Yolanda se retiró y él, pasmado, la siguió unos pasos para luego ver cómo desaparecía por las escaleras rumbo a un cuarto que hay más arriba.
“Yo entré al palacio municipal cinco veces en mi vida. La sensación que se siente ante esto es inexplicable. Estamos hablando de una mujer que no tiene cara, no tiene rostro. Después me dicen que había una señora que se llamaba Yolanda, que era telefonista que trabajó hace muchos años y que si hoy viviera tendría unos 85 años. Cuando yo salí del baño ella ascendió por una escalerita que está pegada y eso fue todo. Era una mujer con un vestido color verde musgo. No tenía rostro pero sí me hablaba. Por mi madre, que es lo más sagrado que tengo en el mundo, nunca más piso ese baño”, contó tajante.
El shock que le provocó la aparición hizo que Lucio anunciara que buscará alguna explicación a lo sucedido en referentes religiosos. “Mañana (hoy) a las 10 voy a ir a la catedral. Me esperan dos sacerdotes porque sinceramente esto a mí me puso muy mal. Yo cuento lo que a mí me pasó y para mí no es una joda. Entiendo a los que se pueden tomar esto para la risa pero estoy seguro que si vieran lo que yo vi estarían muertos de miedo”, añadió.
Por su parte, Ramón, uno de los mayordomos del Palacio de los Leones, contó que minutos después de lo ocurrido, tras escuchar el relato de Lucio, subieron y revisaron todo sin encontrar nada. “El hombre estaba realmente muy asustado. Desde que yo estoy es la primera vez que ha pasado esto. Se han escuchado ruidos, sí, pero nunca vi nada”, subrayó. A su lado, Ricardo, el sereno, agregó que “normalmente ruidos se sienten, de todo tipo, pero imágenes nunca se vio nada”. “Los ruidos son como de muebles o sillas que se corren. También golpes de puertas o ventanas. Se siente miedo”, reconoció.
Al ser consultado por la prensa, el intendente comentó que conocía sobre versiones que hablaban de historias fantasmales en la Municipalidad. “Desde hace muchísimos años se habla de que hay un fantasma. Yo no creo mucho en esas cosas pero tampoco descreo de los que dicen haberlo visto. Creo que es parte del folclore de un edificio que tiene muchísimos años. Esas son cosas que se dicen y algunos cuentan haberlo visto. Dicen que sería una telefonista que trabajaba hace muchos años. Yo no la recuerdo pero algunos la conocieron”, afirmó.
Por último, el secretario adjunto del Sindicato de Trabajadores Municipales, Antonio Ratner, destacó la seriedad de Montenegro como trabajador municipal. “Yo trabajo en el Palacio Municipal, e incluso fui delegado allí, desde el año 73 hasta estos días y no conozco a nadie de ese nombre que se haya desempeñado como telefonista. Pero también tengo que decir que Lucio Montenegro es un trabajador muy comprometido con su trabajo y que incluso va desarrollado e implementado trabajos creativos para el cuerpo uniformado de Tránsito, o sea que no dudo de lo que vivió. Estas son cosas que nadie puede explicar”, analizó.
“Ahora se transformó en un problema sindical porque el turno noche ahora no quiere trabajar en el Palacio y ese es su lugar de trabajo, así que vamos a tener que ver cómo se resuelve. Está el caso de los serenos que muchas veces tienen que estar solos en su trabajo y eso es algo muy difícil”, concluyó.
