El gobierno recibió una de las noticias que más esperaba, por lo positivo, desde la decisión de renacionalizar Yacimientos Petrolíferos Fiscales (YPF). Luego de la asamblea de accionistas del martes pasado, y por la necesidad de liquidar adelantos de Ganancias según el balance aprobado de 2011, el Ministerio de Economía recibirá un máximo de 2.300 millones de pesos este año. La cifra resulta de la combinación de calcular contablemente el incremento en la rentabilidad esperada de la petrolera por sobre lo que se esperaba que se liquidara de Ganancias antes de la renacionalización. El dinero extra, en tiempos de iliquidez financiera del sector público y necesidad de llegar con mayor aire a fin de año, resulta una más que buena noticia.
Esta fue una de las tareas casi obligatorias que tuvo que enfrentar la dupla Axel Kicillof (viceministro de Economía y representante máximo del gobierno en la conducción de la empresa) y el CEO de la petrolera, Miguel Galuccio. Ambos, que hoy por hoy no tienen la mejor relación, sí se pusieron de acuerdo en movilizar los activos financieros y físicos de manera de generar un mayor nivel de ingresos públicos para el gobierno este año. En un principio, y al ver lo que los españoles de Repsol habían dejado en caja, hubo cierta zozobra, ya que los datos contables daban una aceleración en el retiro de fondos y aumento de los gastos que hubieran impedido la aceleración de la liquidación de anticipos de Ganancias por parte de la petrolera. Un desembarco técnico y táctico en las áreas contables logró torcer finalmente el rumbo y garantizar, al menos este año, el giro de dinero extra por una mayor declaración de Ganancias que las esperadas originalmente.
En la asamblea de accionistas de la semana pasada, la compañía aprobó el destino que se le darían a los 5.789 millones que la empresa registró como utilidades el año pasado. La principal novedad de ese llamado es que cambió la política de la petrolera, y ya no distribuirá dividendos por un 80 por ciento o 90 por ciento como estaban acostumbrados los anteriores accionistas, una de las tasas más altas de la industria. Antes de esta asamblea, y cuando la mayoría de las acciones estaba en poder de los españoles de Repsol, el titular de esta compañía, Antoni Brufau, había adelantado que se respetaría el mismo porcentaje y que los fondos serían girados a España. Fue esto lo que terminó de acelerar en su momento la decisión de nacionalizar la empresa, para llegar a la reunión del 17 de julio con el nuevo paquete accionario cerrado.
Ahora la conducción de la petrolera deberá asegurarse un buen ejercicio 2012, ya que desde el tercer trimestre de 2013 se tendrán que pagar impuestos a la rentabilidad con los números de este ejercicio. Para el gobierno, sólo con sostener la ejecutividad del año pasado se podrá garantizar un total de pagos tributarios similares a los de 2012. La idea contable es que sólo con el aumento en la valoración de los activos de la compañía (contabilizando los más de 5.000 millones reinvertidos) el valor de la empresa será lo suficientemente importante como para que el plan de liquidación de tributos de 2013 permita que las arcas públicas puedan contar con un buen ejercicio en la nueva YPF.