La liberación del mercado de combustibles estaba fijada para 2018, pero sorpresivamente el gobierno nacional decidió adelantarlo para el 1º de octubre próximo. Así, el Ministerio de Energía que conduce Juan José Aranguren dejó en offside a estacioneros. “Ahora la pelota la tienen las petroleras”, dijo el vocero de la Cámara de Estaciones de Servicio, Garages y Afines de Rosario (Cesgar), Daniel Giribone, en diálogo con El Ciudadano. Tanto el referente rosarino como empresarios de cámaras nacionales consideran que el Ejecutivo seguirá controlando el precio en el surtidor a través de YPF.
A partir del próximo mes dejará de regir el acuerdo que el Estado tenía con las petroleras, en pos de sostener las fuentes laborales del sector ante la caída del precio del crudo. El convenio indicaba que si el barril mantenía un valor internacional por debajo de los 50 dólares, se revisaban los precios internos cada tres meses y se ajustaban en consecuencia.
El costo internacional del barril de petróleo tuvo su mínimo histórico en enero de 2016, valiendo 26,50 dólares. A partir de allí comenzó una recuperación cerrando hoy a 51,84.
Al superar los 50 dólares, el gobierno adelantó la caída del acuerdo. Sin embargo, Giribone consideró que el Ejecutivo tiene “un regulador tácito” para el precio en los surtidores. Es que un 51% de las acciones de YPF están en manos del Estado y la petrolera controla el 60% del mercado de venta al público.
“El gobierno seguirá controlando los precios en el surtidor. Porque YPF es una referencia para las demás marcas”, indicó el representante local de los estacioneros. Y agregó: “Ahora la pelota la tienen las petroleras. Las estaciones no fijamos los precios de venta, sino que estamos sujetos a la bandera que representamos”.
En la misma línea se expresó el presidente de la Asociación de Estaciones de Servicio Independientes (Aesi), Manuel García: «El precio lo va a seguir manejando el ministro de Energía (Aranguren) porque tiene la manija a través de la petrolera YPF».
García señaló que al liberarse el mercado, los precios de los combustibles deberían bajar 20 centavos de dólar (3,55 pesos) por litro.
Otra cuestión a tener en cuenta es que el Estado recauda en impuestos el 55% del valor de un litro de combustible. Por eso, el titular de Aesi está convencido de que “los precios no bajarán porque el Gobierno no se va a arriesgar a perder recursos» y consideró que se trata de “una medida electoralista”.
Las palabras del presidente del Senado y referente de Cambiemos Federico Pinedo validan la hipótesis de los empresarios: “Depende de cada empresa que aumento o no el precio”. Los valores que fije YPF, al ser líder en el mercado, seguramente serán acompañados por el resto de las petroleras.
El efecto de la devaluación
También está los que creen que el precio del combustible en el surtidor subirá en el mediano plazo producto de la devaluación del dólar. Entre ellos está el presidente de la Confederación de Entidades de Comercialización de Hidrocarburos de la Argentina (Cecha), Carlos Gold. “Creemos que el aumento rondará entre el 7% y el 10%, según el tipo de producto y creemos, además, que se dará luego de las elecciones (del 22 octubre)», sostuvo el dirigente.
El ministro Aranguren descartó esta posibilidad al afirmar que «el tipo de cambio y el petróleo crudo están en un moderado equilibrio».
Consultado sobre la posibilidad de que a partir de esta decisión del gobierno se incrementen los valores del combustible, el funcionario fue tajante: «La respuesta es no, porque creo que los niveles que tiene hoy el tipo de cambio y el petróleo crudo están en un moderado equilibrio».
Asimismo, el ministro de Energía y Minería se mostró confiado en la «sensatez» de las petroleras a partir del cambio. «Confío en que después de muchos años en que los actores económicos estuvieron de alguna manera maniatados por una administración que controlaba a veces por teléfono, confío en su sensatez», finalizó el funcionario nacional.