El CEO de la estatal YPF, Miguel Galuccio, se mostró hiperactivo en los últimos días, al avanzar en algunas de las primeras medidas importantes al frente de la compañía, en el marco de una gestión que seguirá bajo fuerte escrutinio público y envuelta en polémicas de tono político.
Repasemos algunas de las acciones desplegadas por la petrolera nacionalizada en lo que va de este mes:
El 4 de septiembre, Galuccio se reunió en Moscú con el titular de la Junta Directiva de Gazprom, Alexey Miller, para avanzar en el desarrollo de gas convencional y no convencional, y en el potencial suministro de gas natural licuado (GNL). El ejecutivo consideró que fue “una reunión positiva” y “otra puerta abierta” para la compañía.
El 12 de septiembre, YPF colocó deuda por 1.500 millones de pesos en Obligaciones Negociables (ON) en el mercado local, a una tasa de interés que cubrió un rango de 16,74 a 17,81 por ciento nominal anual.
Un día después, los accionistas de la empresa aprobaron en asamblea ampliar en 2.000 millones de dólares el programa global de emisión de obligaciones negociables (ON) de la compañía.
El viernes 14, la gestión de Galuccio tuvo uno de sus puntos más altos hasta el momento, al firmar un memorando de entendimiento (MOU) con la norteamericana Chevron para realizar trabajos de exploración en el yacimiento de Vaca Muerta.
El acuerdo establece “el interés mutuo para desarrollar un cluster de hidrocarburos no convencionales, a través de un proceso de investigación y desarrollo de proyectos conjuntos”.
Se prevé que el CEO de YPF inicie una gira por Houston, Los Ángeles, Boston, Nueva York y Londres entre el 21 y el 28 de este mes para buscar inversores.
Los últimos movimientos de la compañía se desencadenaron luego de que a fines de agosto la empresa presentara el Plan Exploratorio Argentina, con el que apunta a relanzar la actividad en cuencas “nuevas” y que alcanzará a provincias que no tienen tradición hidrocarburífera.
De acuerdo con el plan, se prevé perforar en el período 2012-2016 unos 250 pozos exploratorios, 50 de ellos durante este año, lo que demandará una inversión de 277 millones de dólares.
Tras la nacionalización de YPF, sectores de la oposición cuestionaron la situación jurídica de la compañía y aspectos de su actual manejo.
En tanto, Repsol salió a advertir que está dispuesta a entablar acciones legales contra potenciales inversores en la compañía.
En cuanto al endeudamiento de la compañía, versiones periodísticas dieron cuenta de que la Ansés se quedó con algo más de mil millones de pesos en títulos.
Por otra parte, un frente de tensión extra para la empresa será el manejo de los acuerdos políticos con cada una de las provincias petroleras.
Un diario de Mendoza dio cuenta ayer de reclamos de la UCR provincial por el lugar que ahora ocupará la provincia en el paquete accionario de YPF.
El diputado nacional por la UCR Enrique Vaquié dio a conocer una copia del acta acuerdo que el gobernador Francisco Pérez firmó el 9 de agosto, en el que quedó definido cuántas acciones tendrá Mendoza en la empresa.
Según esa información, Mendoza quedó tercera entre las provincias petroleras ya que tendrá el 4,6 por ciento de las acciones, detrás de Neuquén, que tendrá el 10,45 por ciento y Santa Cruz, con algo más del 5 por ciento.
El diputado Vaquié salió a acusar a Pérez de haber firmado un acuerdo que perjudica a la provincia y que en cambio beneficia a Santa Cruz.
Vaquié sostuvo que la Casa Rosada decidió perjudicar a Mendoza porque, de acuerdo con su visión, “nada explica que Santa Cruz tenga más acciones”.
Más allá de las polémicas desatadas, tras la nacionalización de YPF, el gobierno necesita encaminar la gestión de la compañía y comenzar a mostrar resultados.
De acuerdo con cálculos de la consultora Econométrica, si la economía crece un 3,5 por ciento el año próximo “la importación de energía se incrementaría en 3.900 millones de dólares, llevando el déficit energético a un total de 9.000 millones, desde los 4.800 millones este año”.
La posibilidad de ampliar las inversiones, la exploración y la producción por parte de la principal compañía energética del país, ahora estatal, aparece como un desafío ineludible.