La correspondencia diplomática que el portal WikiLeaks empezó a publicar el domingo procede del sistema de comunicación utilizado por los departamentos de Defensa y de Estado norteamericanos, indica el semanario alemán Der Spiegel.
Una parte de los documentos procede del sistema SIPRNet (Secret Internet Protocol Router Network), al que tienen acceso unos 2,5 millones de funcionarios norteamericanos a través de computadoras autorizadas, cuyos procedimientos de acceso son modificados cada 150 días aproximadamente, precisa el semanario, uno de los cinco periódicos del mundo que tuvieron la primicia de dichos documentos.
Los documentos «top secret» no transitan por la red SIPRNet, pero unas 850.000 personas tienen acceso a ellos, según Der Spiegel.
Las revelaciones de WikiLeaks conciernen 251.287 documentos enviados por diplomáticos norteamericanos a Washington y 8.000 directivas del gobierno estadounidense transmitidas a sus embajadas.
Solamente el 6% de los documentos publicados, es decir 15.652 mensajes, son «secretos». De éstos, 4.330 llevan la consigna: «no comunicar a extranjeros». Aproximadamente 40% de los documentos están clasificados como «confidenciales» y la mayoría no lleva ninguna inscripción restrictiva.
Excepto un documento que remonta a 1966 (el que habla sobre el conflicto en Malvinas), la mayoría de los publicados ayer fueron enviados entre 2004 y fines de febrero de 2010, fecha en la cual, por razones desconocidas, la fuente de WikiLeaks dejó de transmitir.
Der Spiegel se muestra sumamente prudente en la explotación de estos documentos, ya que dice no saber «en qué circunstancias el informador de WikiLeaks pudo copiarlos» y si los documentos en cuestión representan toda la producción o son «una selección hecha según criterios que ignoramos».
De la misma manera, la ausencia de documentos «top secret» puede explicarse por el hecho de que el informador no tuviera acceso a ellos, o bien porque no deseó publicarlos por algún motivo, como no dejar pistas sobre su identidad, por ejemplo.
Los mensajes diplomáticos son comprensibles para todo el mundo, ya que en general no están redactados en condiciones de urgencia, pero su exactitud no es segura. «Los autores no vacilan en informar sobre el más pequeño comadreo o rumor de pasillo» en sus notas, redactadas con la idea de que las mismas no se publicarán antes de un plazo de 25 años, escribe Der Spiegel.