Según reveló un vocero del Ministerio de Salud egipcio, este miércoles al menos 403 personas resultaron heridas y un hombre relacionado con la seguridad presidencial fue asesinado durante los violentos enfrentamientos en el centro de El Cairo. El portavos dijo a la agencia estatal de noticia egipcia que el fallecido era un «recluta» que podría haber trabajado para el ejército o la policía. Desde que comenzó la revuelta popular ya murieron más de 150 personas.
El noveno día de manifestaciones contra el gobierno de Hosni Mubarak se transformó en el infierno. El mensaje del mandatario de no presentarse en las próximas elecciones no conformó a los manifestantes que, impulsados por la coalición opositora, volvieron a movilizarse a la plaza de Tahrir. Sin embargo, alrededor de 4.000 partidarios del régimen decidieron marchar hacia el mismo lugar para brindar su apoyo al gobierno y se produjeron fuertes enfrentamientos.
El gobierno egipcio rechazó la posibilidad de avanzar en una transición inmediata del poder, reclamada por la oposición y también por gran parte de la comunidad internacional. Así lo comunicó el portavoz del ministerio de Relaciones Exteriores, Hossam Zaki.
Miles de simpatizantes del presidente Mubarak llegaron a la plaza central de El Cairo montados en camellos e irrumpieron a golpes contra los manifestantes que reclamaban el fin del régimen. Los partidarios también lanzaron piedras y algunos portaban palos y cuchillos.
Estos violentos enfrentamiento dejaron un saldo de por lo menos 500 heridos.
El Ejército, que había pedido el fin de las protestas para restablecer el orden público, intentó controlar los enfrentamientos desde su puesto alrededor de la plaza. Lanzó gases lacrimógenos y disparos al aire para dispersar a los manifestantes. Practicó varias detenciones.
Mubarak había anunciado que no se presentará en las próximas elecciones pero no calmó el reclamo popular que pide su salida del gobierno, lo que motivó un llamado de la coalición opositora a nuevas protestas contra el mandatario y admitieron que sólo negociarán una vez que haya abandonado el poder.
«Las fuerzas de la oposición están listas para negociar con el vicepresidente Omar Suleiman sólo después de que Mubarak deje el cargo», dijo el portavoz Mustafa Naggar, leyendo una declaración que la coalición había preparado.
«Llamamos a la gente a que continúe protestando en la plaza Tahrir y le pedimos a todos a que participan en el ‘Viernes de la Partida’, para que marchen desde todas las gobernaciones en Egipto hasta la plaza Tahrir en El Cairo, la Asamblea del Pueblo y el edificio de la televisión», dijo la coalición.
La coalición incluye la Asociación Nacional por el Cambio, encabezada por Mohamed El Baradei, la Hermandad Musulmana y otros grupos.
Mientras tanto, el presidente del Parlamento egipcio, Fathi Surur, anunció que las sesiones parlamentarias se aplazarán hasta que la Justicia emita su dictamen sobre las impugnaciones presentadas a los resultados de las elecciones legislativas del pasado noviembre.
Ese dictamen podría modificar notablemente la actual composición del Parlamento, lo que no carece de importancia, ya que Mubarak había anunciado que el Congreso debería discutir en breve sobre una reforma de la Constitución para establecer las condiciones para las candidaturas en las próximas elecciones presidenciales.