Los manifestantes que desde hace doce días ocupan la plaza de la Liberación, en el centro de El Cairo, siguen allí sin ninguna intención de abandonar su protesta.
Después de nuevos disparos durante la madrugada, numerosas personas se acercan a la plaza desde otros puntos de la ciudad para manifestarse contra el régimen y llevan pan, zumos y provisiones para los que están acampados en la plaza.
Ayer la multitudinaria manifestación consiguió reunir a cristianos y musulmanes, con el frustrado objetivo de lograr que el presidente egipcio, dimitiera y saliera del Gobierno de forma inmediata; hoy la capital empieza a recuperar su ritmo normal.
Los militares desbloquearon los accesos entorno a la Plaza Tahrir, escenario en los últimos días de graves peleas, y la mayoría de restaurantes y comercios de la zona han abierto sus puertas.