La localidad de Ibarlucea se encuentra en estado de conmoción tras confirmarse que el fallecimiento de Alejandra Caciarelli, de 40 años, fue causado por hantavirus. El deceso se produjo en el Hospital Eva Perón, en Granadero Baigorria, luego de que el cuadro clínico de la paciente evolucionara de forma drástica en menos de una semana.
De un cuadro gripal a un diagnóstico crítico
Lo que comenzó como un aparente malestar estacional terminó en una tragedia sanitaria. Según el testimonio de su esposo, Lisandro, Alejandra presentó inicialmente fiebre alta, malestar general y dolores corporales.
Debido a la temporada, las sospechas iniciales se orientaron hacia el dengue. Sin embargo, tras su internación, la velocidad del deterioro físico obligó a realizar estudios más complejos.
El sábado 26 de diciembre, los resultados confirmaron el diagnóstico positivo de hantavirus, descartando otras patologías infecciosas. «En cinco días va atacando sin que uno se dé cuenta», advirtió su pareja sobre la agresividad del virus.
En relación con el posible lugar de contagio, el viudo indicó que Alejandra había estado los días 28, 29 y 30 en la provincia de Entre Ríos, donde existen focos activos desde septiembre. “Ojalá se haya contagiado allí y no en nuestra casa, para llevar tranquilidad al barrio”, expresó.
Ante la confirmación del caso, el Ministerio de Salud y equipos de zoonosis activaron de inmediato los protocolos de bloqueo con monitoreo, es decir seguimiento de contactos estrechos y vecinos linderos. También concientización: difusión de pautas de limpieza y control de roedores y teniendo en cuenta la detección temprana ya que las autoridades subrayan que, al no existir vacuna ni tratamiento específico, la consulta inmediata ante los primeros síntomas es la única herramienta de supervivencia.
El hantavirus se transmite principalmente por la inhalación de partículas provenientes de las heces, orina o saliva de roedores silvestres infectados.
