Luego del terremoto que se produjo en Japón operarios de rescate y ciudadanos entregaron a la policía nipona decenas de yenes hallado entre los escombros.
Los agentes se mostraron pesimistas sobre las posibilidades de dar con los dueños del dinero tras la catástrofe ocurrida que, por el momento, arrojó más de 12.700 muertos y 15.000 desaparecidos.
Shigeko Sasaki, un señor de 64 años que actualmente está viviendo en un refugio en Miyagi, manifestó que le gustaría “que quienes encontraran dinero lo donaran para reconstruir las zonas más afectadas en lugar de quedárselo».
Las leyes japonesas determinan que quien encuentra dinero puede quedárselo si los dueños originales no lo reclaman en un plazo de tres meses, y si quienes lo hallan no lo reivindican o no se manifiestan hasta dos meses después de expirado el plazo anterior, la titularidad de la plata se transfiere al gobierno local o al dueño del terreno donde hubiera sido encontrado.
La policía de Iwate y Miyagi, dos de las prefecturas más devastadas por el terremoto y el tsunami del 11 de marzo, están recibiendo una gran cantidad de dinero en efectivo todos los días.
Según la policía de Miyagi, sólo se devolvió dinero en un diez por ciento de los casos. Un millón de yenes equivale a unos 11.750 dólares.