“Éste es el verdadero cabaret”, dijo ayer un importante dirigente de fútbol argentino a este diario. La reelección de Julio Grondona, lejos de apaciguar el fuego cruzado previo, fue como apagar el incendio con nafta. La novela tiene todas las aristas de un libro de suspenso y espionaje. Suma denuncias judiciales, comicios paralelos e impugnaciones, vinculaciones con la política, supuestos intentos de compra de voluntades de clubes del interior, cámaras ocultas y cuentas que presuntamente estarían vinculadas a altos dirigentes de la AFA.
Luego de la bizarra asamblea llevada a cabo en la AFA, al entorno de Grondona lo carcome una duda: cuál es el papel que juega el Gobierno ante la embestida que viene desarrollando Daniel Vila contra su jefe político. Algunos de ellos tratan de tranquilizar a la tropa y explicar que la sintonía que existe con Carlos Zannini por el desarrollo del Fútbol Para Todos es una garantía para que nada cambie; sin embargo, otros creen que nadie los está protegiendo y, lejos de eso, que los están dejando avanzar.
Pero los acontecimientos ocurridos en la casa del fútbol argentino no han pasado inadvertidos a la Presidente, quien por su formación política es proclive a la democratización de estas estructuras de asociaciones civiles y que habría impartido instrucciones a algunos funcionarios para que tomaran distancia.
Así explican en la AFA la negativa de quienes manejan Fútbol Para Todos de financiar la Copa Argentina, reciente invento de Grondona, que implica poner en juego más de $ 25 millones y que a pesar de que comenzó esta semana no tiene hasta ahora ni financiamiento, ni televisión.
Tampoco está claro qué pasará con las demandas judiciales que fueron iniciadas por algunas ligas y clubes del interior. En ellas se dictaron cautelares autorizando la participación de los peticionantes para votar en la Asamblea de AFA. A estos clubes, encabezados por Vila, se les negó el ingreso. Más allá de que las medidas sean revocadas por las cámaras de apelaciones respectivas, algo que aún no ocurrió, dejan al descubierto una de las problemáticas más agudas, que es la falta de participación y representación en las elecciones de los clubes del interior. Éstos, según manifiestan muchos de sus dirigentes, no se animan a plantear un cambio de estatutos por temor a represalias deportivas y económicas y quedan sometidos a las autoridades de sus ligas.
Pero ahora el nuevo foco de tensión son las supuestas cuentas a nombre de dos hijos de Grondona y de algunos de sus más cercanos colaboradores. Las cuentas denunciadas sumarían la friolera de u$s 72 millones. Éstas ya se encuentran bajo la lupa de la Justicia a partir de que el empresario Carlos Ávila formalizó una denuncia por «administración fraudulenta». Según comentó Mariano Cúneo Libarona, abogado del empresario, la fiscal Viviana Fein ya habría solicitado que se mandaran exhortos a Suiza para contrastar la información sobre las 11 cuentas offshore y la UIF (Unidad de Información Financiera, encargada de investigar lavado y evasión) ya habría pedido intervenir en el expediente.
También dentro de las cuentas aparecieron dos por una cifra que totalizaría los u$s 8 millones que aparentemente sólo podía operar Eduardo De Luca, vicepresidente de la Confederación Sudamericana de Fútbol y estrecho colaborador de Grondona. Los últimos escándalos que incluyen la publicación de estas cuentas y su aparición en una cámara oculta hecha por Avila provocaron que el poderoso funcionario de la AFA decidiera renunciar a su cargo en la CFS, algo que si bien no fue formalizado podría ocurrir en lo inmediato. Si bien, De Luca argumentará razones personales y hasta de salud, en su entorno aseguran que está muy golpeado por las denuncias y que su jefe político le habría soltado la mano.
Como si esto fuera poco, en las últimas horas han circulado también entre algunos dirigentes extractos de saldos de cuentas bancarias en el exterior que pertenecerían supuestamente a sociedades vinculadas a José L. Meiszner. Estas supuestas cuentas y saldos que circulan, y a las que Ambito Financiero tuvo acceso, serían tres. Dos de las cuentas estarían a nombre de una sociedad llamada Lanfar Invesment Trust Inc. Esta sociedad tendría una cuenta en el Caledonian Bank Limited cuyo saldo sería de u$s 7.681.701, y la otra en el Banque Bruxelles Lambert SA (Suisse) cuyo saldo sería de u$s 2.188.000 y cuyos beneficiarios serían Jose L. Meiszner y A. Meiszner. La otra supuesta cuenta sería a nombre de la sociedad Morrison Corp. Ltd. en el Bank Vontovel AG de Suiza, donde los beneficiarios serían José L. Meiszner y Meiszner A.
La aparición de estas cuentas que estarían vinculadas a Meiszner, no es más que un nuevo eslabón de guerra desatada por la sucesión de Julio Grondona y en la que muchos dirigentes, si bien apoyan al oficialismo no dejan de seguir con atención la virulencia del enfrentamiento que hasta podría derivar en una intervención de la Asociación del Fútbol Argentino.
Meiszner es por estas horas el máximo blanco del antigrondonismo. Al mejor estilo de la batalla naval, el objetivo es atacar a los acorazados de Grondona con carpetazos de documentos letales. Ya habría funcionado con De Luca quien adelantó verbalmente su dimisión, ahora parece que quieren que le toque el turno a Meiszner. Toda esta guerra se da con la especulación de una posible licencia de Grondona. Si eso sucede, seguramente la interna se multiplicará y se borrarán las fronteras de las fidelidades.
Por eso, quizás el dirigente que habló ayer con este medio, tenía más razón que nunca, “La AFA es un cabaret”.