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Alquilar en Rosario cuesta hasta un 96 % más que hace un año

Según un informe del Ceso, la mediana del alquiler de un monoambiente en Rosario alcanza los $280.000 mensuales. Un jubilado debe destinar el 75 % de su haber mínimo para acceder a esa vivienda, mientras que un trabajador con salario mínimo necesita el 89 % de su ingreso. Las subas superan ampliamente el ritmo de los salarios.

El costo de alquilar en Rosario sigue escalando y se vuelve cada vez más inaccesible para los sectores de menores ingresos. Así lo confirma el último informe mensual elaborado por el Centro de Estudios Económicos y Sociales Scalabrini Ortiz (Ceso), que analiza los precios de oferta de alquileres en la ciudad.

Según el relevamiento, la mediana del precio de un monoambiente en Rosario es de $280.000 mensuales, mientras que un departamento de dos ambientes se ubica en $380.000 y uno de tres ambientes en $490.000. Estas cifras reflejan aumentos interanuales del 75%, 81% y 96%, respectivamente.

En este contexto, el acceso a la vivienda en alquiler se vuelve una carga económica desproporcionada para muchos. Un jubilado que percibe el haber mínimo de $374.724 debe destinar el 74,7% de su ingreso solo para alquilar un monoambiente, sin contar expensas ni servicios. La situación es aún más crítica para quienes cobran el Salario Mínimo Vital y Móvil ($313.400), ya que deben usar el 89,3% de su sueldo para pagar el mismo tipo de propiedad.

El informe también detalla que un docente sin antigüedad necesita el 49% de su salario para cubrir el alquiler de un departamento de dos ambientes, lo que deja muy poco margen para otros gastos básicos como alimentos, transporte o salud.

A esta situación se suma el impacto de las expensas, que alcanzan en promedio el 15,8% del valor del alquiler. Por lo tanto, el costo total de mantener una vivienda en alquiler en Rosario es todavía más alto.

El informe del Ceso advierte también que el Índice para Contratos de Locación (ICL), publicado por el Banco Central de la República Argentina, aumentó un 79,4% en el último año, lo que refleja la presión constante que sufren quienes deben renovar sus contratos bajo el marco de esta referencia.