Aula llena, paciencia colmada: padres exigen cupos para el secundario en Ricardone

Un grupo de madres y padres de alumnos de Ricardone que cursan su séptimo grado de primaria se concentró en la tarde de este martes en la plaza central de la localidad para visibilizar un problema que, según ellos mismos señalaron, “se repite todos los años”: la falta de vacantes en las escuelas secundarias locales. La preocupación crece porque, a pocos meses del inicio del ciclo lectivo 2026, una veintena de chicos aún no tienen asegurado un banco.

Durante la manifestación, SINTESIS dialogó con Valeria Masín y Carlos Barrientos, madre y padre de dos estudiantes afectados, quienes explicaron los detalles de la situación y la incertidumbre que atraviesan las familias.

“No es un capricho: nuestros hijos necesitan estudiar acá”

Masín recordó que “el 20 de noviembre fue el sorteo de las dos escuelas de acá” y que, tras ese proceso, “quedaron más de 25 chicos en lista de espera”. Con el correr de los días, algunos ingresaron, pero todavía son “unos 22” los que continúan sin vacante. Aclaró que la información surge de un relevamiento que los propios padres organizaron mediante un grupo de WhatsApp que reúne a las cuatro divisiones de séptimo.

La mujer remarcó que la problemática no se debe a desinformación o falta de gestión por parte de las familias. “Dicen que estamos muy callados, pero no es así. Estamos yendo casi todos los días al Ministerio, estamos entregando cartas hasta al presidente comunal, al senador Armando Traferri y a la supervisara de Educación, Sra. Conti”, afirmó.

Masín también marcó la urgencia de una respuesta: “Hasta que no se termine la mesa de exámenes de febrero no nos pueden dar una solución concreta, pero la mesa se termina el 27 y las clases empiezan el 4 de marzo. Hay muy poco tiempo. No sabemos dónde van a ir los chicos”, lamentó.

En ese contexto, denunció que transportar a los estudiantes a otras localidades no es una opción segura: “No es un capricho de los padres. Tenemos una ruta en la que no cesan de pasar los camiones. No tenemos colectivos, no hay frecuencia de transporte, casi no hay transporte. Y no sabemos si el año que viene va a haber”, expresó.

La madre señaló que ya hubo situaciones de riesgo vinculadas al traslado: “El colectivo, cuando no puede ingresar, no vuelve con el pasaje. Los baja donde está. Muchas veces los ha dejado en la estación de Arroyo de San Lorenzo, los chicos han venido caminando. Y son chicos de 12 años”.

“Nuestros hijos no tienen banco y nadie nos da una respuesta formal”

Carlos Barrientos ratificó el escenario de incertidumbre: “A esta altura del año, nuestros hijos no tienen banco y tenemos que esperar hasta fines de febrero para tener una noticia, por sí o por no”. Indicó que las autoridades escolares únicamente les pidieron “esperar”, porque “es una resolución ministerial”.

El padre agregó que, más allá de la búsqueda de diálogo institucional, la comunidad decidió manifestarse para que el problema sea conocido por todos. “Para que el pueblo sepa y también para buscar apoyo de las autoridades comunales, pero no tuvimos respuesta satisfactoria”, aseguró en referencia al jefe del gobierno local Facundo Morandín.

Barrientos explicó que la particular situación geográfica de Ricardone agrava el conflicto: “El pueblo está atravesado por una ruta principal de acceso a los puertos. Mejorar la frecuencia de colectivos no cambia nada, porque el colectivo queda varado igual que un auto particular. No sería la solución”.

Intervenciones, promesas y un posible camino judicial

Masín confirmó que los padres ya se reunieron con la supervisora Sandra Duarte, quien les pidió un listado de alumnos del pueblo para revisar los casos. “Yo no sé si fue algo del Ministerio que dijo que empiecen a llamar a los chicos de Ricardone, pero entraron cuatro en el anexo 1548”, explicó.

También hubo gestiones con el senador Armando Traferri. Según la madre, el legislador les aseguró apoyo en caso de que deban recurrir nuevamente a la Justicia: “En el caso de que no seamos escuchados, nos va a apoyar para que pongamos un abogado. El año pasado fue él quien intervino para que un abogado actuara en el tema”, recordó.

Sobre las autoridades locales, Barrientos fue categórico: “Dejamos cartas y pudimos hablar dos veces, pero respuesta formal no tuvimos. Más que una simple charla en la puerta de la comuna, no hubo nada. Tampoco el apoyo”.

Las familias recalcaron que no es la primera vez que sucede algo similar. El año pasado, la falta de bancos también derivó en un reclamo que terminó con una resolución judicial favorable. Temen que este año se repita la historia, pero con menos margen de tiempo.

Mientras esperan una solución, padres y madres insisten en que su pedido es razonable y urgente: que los chicos del pueblo puedan estudiar en su localidad y evitar riesgos innecesarios. “Queremos que nuestros hijos se queden acá y no tengan que pasar por el riesgo de circular una ruta tan transitada”, concluyó Masín.