No es difícil asociar un haiku a un pájaro. Ese es el disparador del libro “Canción de los nidos: haikus y fotos para las aves del humedal”, del periodista y fotógrafo Claudio Spiga, y el músico y escritor Juampi Caizza. “Es un homenaje, un pequeño granito de arena en este año en que estamos todos esperando que se trate y apruebe la Ley de Humedales”, cuenta Spiga.
“Canción de los nidos” es una obra donde confluyen la fotografía y la poesía en un trabajo que propone una yuxtaposición de la naturaleza y el arte. Es en esta asociación donde los autores encuentran similitudes entre los pájaros y los haikus. “Ambos se componen de dos elementos breves a los lados (las alas y los versos de cinco sílabas) y un elemento central (el cuerpo del ave y el verso del medio, apenas más extenso). Ambos son leves y están rodeados de cielo, ambos cantan su impresión más pura de un instante”, recita la contratapa.
Claudio Spiga vive desde hace una década en la Laguna de Gómez. Trabaja actualmente como periodista en la UNNOBA, pero desde hace ya varios años que comenzó a andar el camino de la fotografía haciendo un registro de la fauna silvestre de esa región.
“Al poco tiempo de mudarme acá empecé a ver muchos animales y conocía uno con suerte, entonces me empecé a interesar. Dije: voy a juntar dos cosas que me gustan mucho, la fotografía y el conocimiento”, relata Spiga.
“Me puse a sacar fotos a animales pensando que iba a estar tres, cuatro meses, que iba a encontrar 40 especies por ahí y listo. Pasaron seis años y todavía sigo sacando fotos. Llevo un registro de 194 especies de aves, acá encontradas en la laguna y los pueblitos de alrededor”, explica y de inmediato agrega: “Después seguí con los animales de piso, reptiles, roedores, anfibios, todo”.

A través de ese trabajo de relevamiento el fotógrafo fue adquiriendo conocimientos sobre la flora y fauna del noroeste bonaerense. “Con un grupo de fotógrafos de fauna de Junín y la región empezamos a volcarlo a charlas en escuelas primarias y secundarias, muestras y actividades, la devolución que nos hicieron fue siempre muy linda”, comenta.
“Cuando vamos a dar la charla a las escuelas los pibes se re interesan, sobre todo los de primaria. Hacen 500.000 preguntas. Lo que más les flashea es que vos les mostrás de golpe 60 fotos de animales y les decís: estos animales están a cuadras de donde vos vivís. Por ejemplo, en un quinto grado que fuimos dos o tres veces hicieron, a partir de esa charla, abecedarios con los animales de la zona. El zorro, el hurón, el carpincho, la paloma, etcétera”, relata Spiga.

“En ese marco es que aparece Juampi Caiazza. Juampi había escrito algunos haikus a aves que conocía. Después, cuando nos conocimos, me dijo que seguía mis fotos por las redes y que muchas le habían inspirado también a escribir un haiku”, explica. El periodista cuenta que en una charla entre amigos, de asado y sobremesa, el músico y escritor le planteó: «Por qué no nos juntamos y hacemos un libro».
«El primer paso en el trayecto de educarnos ambientalmente es conocer y saber dónde vivís. El objetivo de todo este proyecto es promover que se conozca la fauna silvestre de la región, los animales con los que compartimos ecosistema”, afirma el autor.
“Acá en Alem, justo de donde es Juampi, apareció una aguará guazú. Es una especie de zorro un poco más alto, patas flacas, altas, pelo largo, colorado, con patas negras, un animal hermoso. Cuando apareció en un campo el tipo que lo vio pensó que era un lobo entonces le tiró con la boleadora y lo mató, le cortó el cuello. El aguará guazú no representa un riesgo para los animales de corral porque come frutos, vegetales, pequeños roedores. No caza ovejas, gallinas ni nada de eso. En las charlas siempre decimos: si vos ya desde primer grado vas sabiendo que no es una amenaza para tus animales de corral, cuando aparece en vez de matarlo llamás a protección animal o algo, para que vengan a verlo y se saquen fotos”, comenta.

Claudio Spiga es periodista de toda la vida. “Es con lo que lleno la olla desde siempre”, cuenta. “Pero allá por el 95 yo estaba trabajando en La Capital y el diario entró en crisis. Empezaron los rumores de que iban a echar a 70 u 80 personas. El Sindicato de Prensa, en una buena gestión, logró que no echaran a nadie y entramos en un régimen de suspensiones. Trabajamos una semana sí y otra no, y cobrábamos el 70 o 75 % del sueldo”, narra.
Y agrega a continuación: “Quedamos todos adentro, pero en ese período de suspensiones no sabíamos qué pasaba. Estábamos con el Pelado (Damián) Schwarzstein y con Silvina Salinas angustiados, entonces decidimos empezar algo para distraernos. Arrancamos un curso con Andrea Ostera, hacíamos fotos blanco y negro. Arrancó un viaje que no terminó más. Armamos un laboratorio en mi casa, donde hacíamos todo nosotros. Ahí me enamoró la fotografía. Lo fui haciendo alternativamente a mi laburo como periodista. Me gusta decir que es un patio donde yo voy a jugar”.

Ante la pregunta sobre si su formación de periodista permeó su manera de sacar y procesar el trabajo fotográfico, Spiga reflexiona: “Yo creo que sí. No me quedé conforme con sacar las fotos a los animales y saber cómo se llama uno u otro, sino que hice de eso un trabajo de relevamiento que después traslados a la sociedad en distintos ámbitos”.
En esta línea, además comenta: “En la última Feria del Libro de Junín participamos con una muestra y charlas como hicimos en escuelas, en la Sociedad de Fomento de la Laguna, etcétera. Todo ese camino que sigue después de la foto tiene que ver con lo periodístico”.
“Canción de los nidos: haikus y fotos para las aves del humedal”, que puede pedirse a la cuenta de Instagram @lacanciondelosnidos, se presentará el 22 de abril en Malabar Costero, Laguna de Gómez, un bar a metros del agua. Habrá una breve caminata previa para avistaje de aves, música en vivo, proyección de imágenes, lecturas.
