Hay señales claras que pueden llegar a revelar si los datos fueron manipulados
En el mercado de los autos usados, los kilómetros recorridos suelen definir buena parte del precio y del interés del comprador. Un número bajo en el odómetro da la sensación de menor desgaste y más vida útil por delante. Pero no siempre los números que figuran son los reales.
Según supo la Agencia Noticias Argentinas, en nuestro país, el uso promedio de un auto usado ronda entre 12.000 y 15.000 kilómetros por año. Por eso, un vehículo de 10 años debería tener alrededor de 120.000 a 150.000 km. Cuando las cifras están muy por encima o por debajo, conviene revisar el historial para certificarse de que todo esté en orden.
Además, el estado general del auto -tapizados, pedales, volante, llantas- suele hablar por sí solo. Un interior gastado con pocos kilómetros declarados o neumáticos nuevos en un auto con “poco uso” pueden ser señales de alerta que justifican una revisión más profunda.
El odómetro, o cuentakilómetros, es el dispositivo que registra cuánta distancia recorrió el vehículo. Puede ser digital o analógico y está siempre en el tablero. Su función parece simple, pero es uno de los indicadores centrales del desgaste general de un auto.
En condiciones normales de mantenimiento, un kilometraje bajo suele asociarse con una mayor vida útil. Pero también hay excepciones: un auto que circuló mucho en ciudad puede estar más castigado que otro que hizo los mismos kilómetros en ruta, donde el motor trabaja más parejo y sin tantas frenadas.
Por eso, al analizar el número del odómetro, hay que tener en cuenta el tipo de uso, los servicios realizados y la edad del vehículo. Un vehículo con más de 100.000 km pero con todos los mantenimientos al día puede ser una compra más segura que otro con menos kilómetros y sin historial de service comprobable.
La manipulación del odómetro es una práctica ilegal pero todavía común en el mercado de usados. Algunos vendedores alteran los números para hacer pasar un vehículo con mucho recorrido por uno “casi nuevo”. Detectarlo no siempre es fácil, pero hay varias maneras de comprobar si los kilómetros coinciden con la historia del auto:
Un consejo útil es buscar coherencia entre la antigüedad del auto y su estado general. Un modelo con ocho años de uso y apenas 40.000 km debería verse casi como nuevo. Si no es así, algo no cierra.
No existe un número exacto que marque el límite entre “pocos” y “demasiados” kilómetros, pero sí hay rangos de referencia que sirven para orientarse:
Cuando un vehículo supera ampliamente estos valores, no necesariamente hay que descartarlo, pero sí pedir una inspección mecánica más exhaustiva y negociar un precio acorde. En cambio, si el número es demasiado bajo para la edad del auto, puede tratarse de un caso de desuso prolongado o de una manipulación del odómetro.
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