Fue escrito por el economista estadounidense Walter Block, quien sigue la línea de la Escuela Austríaca. El discípulo de Murray Rothbard es uno de los autores en los que se inspiran los libertarios en su “batalla cultural”
El presidente Javier Milei reunió este lunes a sus ministros y funcionarios cercanos para cenar en la Quinta de Olivos. En el encuentro, les obsequió a todos una copia del libro «Defendiendo lo indefendible» del economista estadounidense Walter Block, uno de los autores en los que se referencian en su “batalla cultural”.
El texto original fue publicado en 1976. Allí, Block busca promocionar la libertad individual y el libre mercado como principios fundamentales para la sociedad, incluso cuando se analizan casos controversiales o incómodos.
En tono con el discurso libertario y su “batalla cultural”, el economista repudia las prohibiciones del Estado a las personas, actividades o conductas que suelen ser condenadas socialmente aunque no violen la libertad ni la propiedad de terceros. Entre esas actividades incluye la prostitución, proxenetas, traficantes de drogas, chantajistas, usureros, entre otros.
“La función del traficante de heroína, que es la opuesta a su motivación para entrar en ese mundo, es mantener bajo el precio de la droga. El precio de la heroína baja según van apareciendo nuevos vendedores, al igual que sube cuando el número de traficantes se reduce (porque se les quiten las ganas o sean detenidos)”, señala en un fragmento del libro y agrega: “Si tenemos en cuenta que ni la venta ni el uso de heroína son responsables de la situación difícil del drogadicto ni de los crímenes que comete, sino el elevado precio causado por su prohibición, cualquier acción que provoque un abaratamiento del precio de la droga es una forma de aliviar el problema. Si la causa del problema es el alto precio de la droga, bajarlo es una solución”.
“El narcotraficante es el responsable de bajar el precio de la droga, mientras que las fuerzas de «la ley y el orden» tienen la culpa de que el precio suba, pues interfieren en la actividad del traficante. Por ello, la figura a la que deberíamos considerar heroica es la del vilipendiado narcotraficante, en lugar de la del muy ponderado agente «antivicio»”, agrega Block.
Sin embargo, el autor aclara que no avala moralmente estas prácticas sino que busca demostrar que la defensa de las libertades individuales debe ser en todos los contextos y no avalar las restricciones cuando las conductas resultan incómodas.
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