Cristina Fernández de Kirchner expresó ayer tener «responsabilidad y madurez, sobre todo de parte de aquellos que comparten el modelo», criticó las «hipocresías» de aquellos que «vivan el nombre de Cristina pero al otro día hacen todo lo contrario» y dijo que no tolerará «ni explotación ni extorsión».
Para el jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, con su discurso de ayer, la jefa de Estado exhibió frente a los argentinos «una posición de dureza muy fuerte» con la que dejó en claro que no se va a dejar «extorsionar por nadie».
En este sentido, el jefe de ministros sostuvo -en declaraciones a Radio Uno- que lo que hizo la mandataria fue «marcar la cancha» y garantizar que «no la van a arriar con un palito», y cuestionó duramente a quienes interpretaron que sus palabras habían estado dirigidas al titular de la CGT.
En la misma línea, el ministro de Trabajo, Carlos Tomada, consideró que el mensaje presidencial «no tuvo un destinatario personal» ni estuvo dirigido «a la parte mayoritaria del movimiento obrero».
En tanto, el gobernador bonaerense Daniel Scioli dijo a Radio 10 que el discurso de ayer fue «sincero, desde el corazón», interpretó que buscó llamar «a la responsabilidad y a la prudencia», al tiempo que destacó que su mensaje «sirve para todos los sectores».
Otro que dio su interpretación fue el presidente provisional del Senado, José Pampuro, para quien «no se puede hablar desde el oficialismo y actuar como si se estuviera en la oposición».
Para Aníbal Fernández, la mandataria «sabe que Moyano tiene una vocación superlativa por resolver los problemas de los trabajadores» y el líder sindical «sabe que no hay nadie en este país que pueda sostener un proyecto político que comprenda a los trabajadores como el proyecto que encarna Cristina».
«(La presidenta) les explicó a los argentinos, permítame la expresión, no una `mariconeada` sino, por el contrario, una posición de dureza muy fuerte, donde desde mi análisis entiendo que está diciendo `no me banco trabajadores explotados, con lo cual voy a ir con los tapones de punta y no me va a extorsionar nadie`», aseveró el jefe de ministros.
Desde la CGT, en tanto, el secretario de Derechos Humanos de la central y el titular del sindicato de Judiciales, Julio Piumato, sostuvo que la alianza entre el gobierno y la CGT «no se rompe».
En tanto, el diputado y abogado de la CGT, Héctor Recalde, consideró que el discurso fue «trascendente» y dirigido «a todo el mundo», y remarcó que la CGT «va a reforzar el apoyo a Cristina», con miras a su reelección para las elecciones de este año.
«El mensaje fue una reflexión para todo el mundo y es fruto de un estado de saturación y hartazgo por todos los inconvenientes que le ponen», dijo Recalde a Télam, y aclaró que «algunos conflictos son de sectores que no tienen que ver con la conducción de la CGT».
Para Recalde, «hay plena conciencia en todos, desde Moyano para abajo, en que lo principal es que Cristina acepte la candidatura y sea reelecta presidenta» en los comicios del 23 de octubre próximo.
«La Presidenta es además la jefa del movimiento y ella decidirá con racionalidad y sin imposiciones por parte de la CGT» cada uno de los candidatos que ocupen las listas del Frente para la Victoria, concluyó.