El tango argentino está teñido de tristeza: a los 88 años murió este jueves el histórico bandoneonista Osvaldo Piro

Osvaldo Carlos Piro había nacido en Buenos Aires, el 1º de enero de 1937. Fue un bandoneonista, director, arreglador y compositor argentino de tango con una carrera de décadas en la música popular argentina.

Piro nació en el barrio porteño de La Paternal. Comenzó sus estudios de bandoneón a los 10 años con el profesor Félix Cordisco, tío del bandoneonísta Alfredo Cordisco, que también enseñaba piano.

A los 11 años conformó el trío musical infantil OSMASI (Osvaldo, Mario y Simón). A los 12 años amplíó sus estudios con el bandoneonista Domingo Mattio quien fuera integrante de la orquesta de Aníbal Troilo. ​

Piro estudió armonía con Pedro Rubione y Julio Nistal, y Filosofía de la Música con Juan Francisco Giacobbe. A los 15 se integró ya en forma profesional a la orquesta de Ricardo Pedevilla.

Con tan sólo 16 años se incorporó a la orquesta de Alfredo Gobbi, ​ cuando en ella cantaban Jorge Maciel y Carlos Almada.

Perteneció también por corto tiempo y simultáneamente a las orquestas de Víctor D´Armario, con Ángel D´Angostini y Celso Amato, entre otras. Retornó con Gobbi, con quien estuvo seis años.

Luego, un año antes de formar su orquesta, integró la de Fulvio Salamanca (1964). Con su propia orquesta debutó el 16 de febrero de 1965, en el Patio de Tango.

Con el sello discográfico Alanicki grabó su primer disco, que fue presentado por Aníbal Troilo como padrino musical. En 1968, al terminar el contrato que lo ligaba a la discográfica, graba para la compañía Phillips un disco llamado Osvaldo Piro y su orquesta. Las versiones que grabó para su sello anterior serían reeditadas años después por la compañía Magenta.

Osvaldo Piro fue pareja de la actriz y cantante Susana Rinali de quien se separó hace muchos años aunque en el último tiempo se habían reencontrado artísticamente y hasta habían grabado su primer disco juntos.

La cantante y actriz y el bandoneonista, compositor y arreglador, dos de las mayores figuras de la música popular argentina, hicieron un camino de vida de más de 50 años con su hijos, Ligia y Alfredo, ambos músicos y cantantes; una orientada hacia el jazz, el otro del tango al rock y viceversa, como testimonio fiel de un recorrido transitando los escenarios.