Organismos internacionales alertan por la desnutrición infantil, los ataques a centros humanitarios y el bloqueo casi total de la ayuda. La población civil, atrapada entre bombardeos y desplazamientos forzados, enfrenta una emergencia sin precedentes
Ahmed El-Sheikh Eid, un niño de 7 años que presenta señales de desnutrición, posa para una foto en la tienda de campaña de su familia en un campamento para palestinos refugiados Mawasi, en Jan Yunis, en la Franja de Gaza, el viernes 2 de mayo de 2025. (AP Foto/Abdel Kareem Hana)
Por Lucas Martín Pugliessi
La Franja de Gaza vive hoy una crisis humanitaria de proporciones catastróficas. En las últimas 24 horas se confirmaron al menos 15 nuevos fallecimientos por falta de alimento, incluidos varios niños, en un contexto de creciente desesperación. Desde mayo, más de 1000 personas perdieron la vida mientras trataban de acceder a repartos de comida. Fuentes humanitarias como la ONU, OCHA y UNICEF aseguran que los actuales mecanismos de distribución no sólo son insuficientes, sino que además actúan bajo un clima de fuerte presión militar por parte de Israel, lo que impide una entrega segura y constante. “La emergencia humanitaria en Gaza no es sólo una consecuencia de la guerra, sino también de decisiones que limitan el auxilio a quienes más lo necesitan”.
Las restricciones al paso de ayuda y las operaciones armadas en zonas densamente pobladas han provocado serios daños en infraestructuras clave como hospitales, centros comunitarios y hasta instalaciones de organizaciones internacionales que han sufrido ataques o hasta han quedado inutilizados. Según informes de Naciones Unidas, más del 85 % del territorio gazatí está bajo órdenes de evacuación o en condición de inaccesibilidad humanitaria. La Oficina de Coordinación Humanitaria (OCHA) calificó la situación como «de extrema gravedad», señalando que muchas personas presentan signos de desfallecimiento prolongado.
Desde el gobierno israelí, se justifica el accionar militar y las restricciones a la ayuda humanitaria bajo el argumento de seguridad nacional. Según autoridades oficiales, el bloqueo busca evitar que Hamas utilice o desvíe los suministros para fines militares. Israel expresó reiteradamente que su ofensiva tiene como objetivo desmantelar la infraestructura de Hamas, y que permitir una entrada sin control de ayuda podría fortalecer a esa organización. También señaló que los bombardeos en zonas donde se concentra población desplazada responden a la presencia, según sus servicios de inteligencia, de líderes o túneles operativos de Hamas.
En este contexto de incertidumbre extrema para la población de Gaza, Israel mantiene sus operaciones militares sin señales de reducción, mientras las condiciones humanitarias continúan deteriorándose a un ritmo alarmante. Los bombardeos recientes alcanzaron zonas donde se habían instalado centros de distribución de alimentos y refugios temporales, lo que obligó a miles de personas a desplazarse nuevamente, muchas de ellas por cuarta o quinta vez desde el inicio del conflicto.
En ausencia de una tregua, la población queda atrapada entre el fuego cruzado y la indiferencia política, sin saber cuándo, o si, llegará la ayuda que tanto necesita el pueblo palestino.
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