La situación de la central nuclear de Fukushima fue definida de «muy grave» por el gobierno japonés, en tanto la cifra de muertos por el terremoto y el tsunami superó hoy las 10 mil personas, mientras unas 17.500 están desaparecidas.
«No estamos aún en una posición en la que podamos ser optimistas», afirmó el primer ministro, Naoto Kan, en una rueda de prensa en Tokio, tras el agravamiento del panorama en la central de Fukushima I.
Kan dijo que el panorama sigue siendo «muy grave», por complicaciones en los reactores 1, 2 y 3.
«Seguiremos informando justamente y con exactitud», dijo el primer ministro.
El mandatario agradeció a los equipos que trabajan en la central y manifestó su solidaridad con los trabajadores que sufrieron ayer graves quemaduras en las piernas por agua radiactiva.
La alta radiactividad en el líquido encontrado en la sala de turbinas obligó a que los técnicos tuvieran que retirarse, interrumpiendo los trabajos de reparación en los reactores 1 y 2.
Según la empresa que opera la central, Tepco, el líquido tenía una radiactividad de 3,9 millones de becquerel por centímetro cúbico, 10.000 veces superior a la normal.
Hidehiko Nishiyama, vocero de la Agencia de Seguridad Nuclear e Industrial (NISA), advirtió que el incremento de radiactividad en el líquido puede recalentar la vasija de combustible usado.
Nishiyama sostuvo que el agua procede probablemente del núcleo del reactor, lo que aumenta los temores de que inicie un proceso de fusión, es decir, de unión de núcleos, lo que desataría la temida reacción en cadena.
«Tenemos algunos problemas con la protección ante la radiación», admitió el funcionario, quien pidió a Tepco mayor protección para los trabajadores de la planta que opera.
Tepco comenzó a bombear agua dulce en lugar de agua marina esta tarde en el reactor 1, tras un pedido de Washington de evitar procesos de corrosión, por lo cual, el Ejército transportará grandes cantidades de agua para enfriar los reactores, informó el ministro de Defensa, Toshimi Kitazawa.
El gobierno japonés instó a los habitantes en un radio de 30 kilómetros de la central a autoevacuarse a zonas más alejadas.
La recomendación no se basa en razones de seguridad, dijo el vocero gubernamental Yukio Edano, sino que intenta evitar problemas cotidianos.
Por su parte, el jefe de gabinete de la Agencia Internacional para la Energía Atómica, el argentino Rafael Grossi, dijo a un canal de cable que el material radioactivo liberado a la atmósfera por la central de Fukushima «es ínfimo y no presenta peligros para la salud».
El ministro de Economía, Banri Kaida, dijo que Japón estudia un nuevo protocolo de seguridad nuclear para cuando vuelvan a operar las centrales atómicas que actualmente están siendo examinadas.
Tepco solicitó un crédito por valor de 1,5 billones de yenes, equivalentes a 18.500 millones de dólares, a los principales bancos del país, para afrontar los efectos de los accidentes registrados en la central nuclear.
El gobierno japonés informó que los daños ocasionados por la catástrofe superan los 300 mil millones de dólares, por encima de los registrados por el terremoto de Kobe, en 1995.
Kristalina Georgieva, comisaria de la Unión Europea para Cooperación Internacional, Ayuda Humanitaria y Respuesta a Crisis, comprometió que el bloque aportará 15 millones de euros.