El felino, cuyo hábitat se extendía por un vasto territorio de diferentes países, se extinguió ya en todos salvo en Irán. Redoblan esfuerzos para evitar su desaparición definitiva
El guepardo asiático (Acinonyx jubatus venaticus) es una de las subespecies de felinos más amenazadas del planeta. Al comienzo del siglo XX había 100.000 guepardos en el mundo. En 1947 había menos de 10.000, y para aquel entonces en la India –al igual que en otros 15 países– se consideraba extinto. Ya en la década de 1990 su población era de apenas unos cientos de ejemplares, pero ahora su número es crítico: se redujo drásticamente hasta llegar a un total de sólo 17 individuos. Según los informes del Departamento de Protección Ambiental de Irán, el país islámico es el último refugio de la especie, lo que ha llevado a que su conservación se convierta en una prioridad absoluta para expertos y organizaciones dedicadas a la protección de la fauna silvestre.
El guepardo asiático es un felino que, al igual que su par africano, puede alcanzar velocidades de hasta 100 kilómetros por hora. Se estima que puede medir 1,3 metro de largo y su peso aproximado es de 54 kilos. Se alimenta principalmente de animales herbívoros de tamaño medio, como gacelas, ovejas y cabras.
Antaño, su distribución abarcaba desde el Mar Rojo hasta la India. Sin embargo, el siglo pasado marcó un declive en su población debido a la pérdida progresiva de su hábitat y la disminución de sus presas naturales. En 2007, las estimaciones situaban la población entre 60 y 100 ejemplares, pero los últimos datos revelan que esta cifra ha caído a menos de 20, lo que la coloca en peligro de extinción crítico.
El declive del guepardo asiático se debe a una combinación de factores que han afectado gravemente su hábitat y su capacidad de supervivencia. Las amenazas abundan:
Conscientes de la gravedad de la situación, las autoridades iraníes han tomado medidas para intentar salvar al guepardo asiático de la extinción. Entre ellas se destacan:
El futuro del guepardo asiático sigue siendo incierto. Aunque las medidas de conservación han dado algunos resultados positivos, la población sigue siendo críticamente baja y su supervivencia depende de acciones inmediatas y sostenidas en el tiempo. La colaboración entre gobiernos, organizaciones ambientales y comunidades locales será clave para evitar que esta majestuosa especie desaparezca para siempre del planeta.
Con sólo 17 ejemplares restantes, el reloj está en contra de este depredador asiático. Su destino dependerá de la capacidad de la humanidad para revertir el daño causado y garantizar su supervivencia en los próximos años. Al menos la India se encamina a un programa de reintroducción en su territorio, donde el último guepardo fue fue avistado en 1968. La Fundación para la Conservación del Guepardo también procura garantizar una supervivencia a mediano plazo, por lo que busca además reconvertir un ecosistema deteriorado y sin presas suficientes: un guepardo necesita entre sesenta y setenta antílopes o gacelas al año para subsistir, y el mayor núcleo de antílopes de toda la India no pasa de 2.000 ejemplares, que soportan ya la presión predadora de los lobos y los cazadores furtivos.
Además, el programa, para tener posibilidades de éxito, requeriría del al menos cinco parejas, esto es más de la mitad de los individuos que hoy existen.
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