Su discografía —más de 45 discos de estudio y una veintena en vivo— es un territorio en permanente movimiento, tan contradictorio como coherente. Young puede pasar de un susurro a un rugido en una misma canción, pero siempre con una honestidad que desarma y una energía que desmiente el paso del tiempo.

Fiel a sí mismo, Neil Young frustró a sellos discográficos, se le plantó a Spotify, desafió modas y decepcionó ocasionalmente a sus seguidores más ortodoxos, pero también supo mantener su música viva y su discurso relevante. “Viajar por el medio del camino se volvió aburrido”, escribió alguna vez. Ochenta años después, sigue transitando la cuneta: incómodo, libre, indómito.