Por Mariángeles Guerrero
“La Oficina del Presidente informa que el Presidente Javier Milei ha tomado la decisión de retirar a la República Argentina de la Organización Mundial de la Salud (OMS)”. Así comunicó esta semana el Gobierno su decisión de avanzar hacia la salida del organismo internacional. La iniciativa fue cuestionada por especialistas en derecho y por organizaciones como Amnistía Internacional y Médicos Sin Fronteras. “¿Qué va a pasar con los tratamientos OMS para enfermedades crónicas no transmisibles, enfermedades transmisibles, HIV, oncológicas o las enfermedades raras?” se pregunta María Isabel Donnet, médica especialista en Medicina General y Familiar (M.P 3172), investigadora y docente, en diálogo con El Ciudadano.
La administración de Javier Milei sostuvo a través de un comunicado, que: “Hoy la evidencia indica que las recetas de la OMS no funcionan porque son el resultado de la influencia política, no basadas en la ciencia. Además ha confirmado su inflexibilidad para cambiar su enfoque y, lejos de admitir errores, elige continuar asumiendo competencias que no le corresponden y limitando la soberanía de los países”. Sin embargo, no brindó detalles acerca de la “evidencia” citada ni de las “competencias” presuntamente asumidas por el organismo multilateral en Argentina.
Médicos sin Fronteras aseguró: «La OMS, si bien requiere necesarias reformas que estén adaptadas a los tiempos actuales, desempeña un papel vital en la coordinación de la investigación médica mundial, la homogeneización de protocolos y el intercambio de información entre entidades de salud, ayudando a responder a las crisis urgentes de salud pública y deteniendo la propagación de brotes de enfermedades transmisibles, entre otras».
«Como testigos directos de crisis médico-humanitarias a lo largo de 50 años de experiencia en proyectos médicos en más de 70 países, sabemos que las enfermedades no conocen fronteras. Todos nos beneficiamos de la colaboración internacional para enfrentar los desafíos de salud integral a nivel mundial, compartir conocimientos y experiencia y desarrollar nuevas herramientas, tratamientos y abordajes médicos”, añadió la organización.
Argentina ingresó a la OMS a través de la Ley 13.211, sancionada en 1948. Además, el país fue parte de la Conferencia Sanitaria Internacional en la que se redactó el tratado constitutivo del organismo. En un texto publicado el viernes 7 en el diario La Nación, Nahuel Maisley y Sebastián Guidi (profesores de derecho internacional y constitucional, respectivamente) explicaron por qué salir de la OMS de la forma en que lo anunció el gobierno nacional —vía medidas del Ejecutivo— es inconstitucional. Entre otros argumentos señalan que, si la ratificación del tratado que dio origen a la OMS se hizo a través del Congreso, la denuncia del mismo debe hacerse de igual forma. Es decir: el Ejecutivo no puede avanzar en esta decisión de forma unilateral.
En el mismo sentido se expresó vía Twitter el constitucionalista Andrés Gil Domínguez: “Si la ratificación requiere de un acto complejo donde interviene el Congreso, la denuncia debe seguir el mismo camino. Mucho más cuando se trata de un tratado vinculado a derechos humanos. Necesitas una mayoría simple de ambas Cámaras”.
En tanto, desde Amnistía Argentina cuestionaron: «El gobierno argentino anunció su plan de retirarse de la Organización Mundial de la Salud (OMS), aislándose de los sistemas globales de prevención y respuesta ante emergencias sanitarias. En un mundo donde los virus no necesitan pasaporte, esta decisión deja al país sin acceso a información vital, recursos clave y cooperación internacional para enfrentar pandemias, dengue, VIH y tuberculosis». Y sentenciaron: «La salud no es un capricho ideológico. Es un derecho humano. Exigimos que el gobierno revierta esta medida antes de que cueste vidas».
La decisión de Milei fue anunciada tras conocerse la voluntad de Donald Trump de retirar a Estados Unidos. El país del norte es el principal aportante del organismo sanitario de las Naciones Unidas (financia el 14% de su presupuesto), por lo que su salida afectaría las arcas del mismo. El presidente estadounidense también alegó diferencias con el rol de la OMS en la pandemia de coronavirus.
Sin embargo, según informó Reuters, la intención de Trump es inclinar la balanza en favor de una reforma y de un director estadounidense para la institución a partir de 2027, cuando finalice el mandato de Tedros Adhanom. Un documento al que accedió la agencia internacional, redactado por asesores de Trump, “reconoce que abandonar la OMS dañaría los intereses estadounidenses, pero argumenta que lo mismo sucedería si se permaneciera en la organización a menos que se reforme”.
La mirada desde el consultorio
Donnet es médica generalista, investigadora y docente de la carrera de posgrado de Medicina General y Familiar de la Universidad Nacional de Rosario. Desde su trabajo como médica en el Hospital Protomédico de Recreo, al norte de la ciudad de Santa Fe, explica las funciones de la OMS y el posible impacto que puede tener la salida del país de ese organismo.
—En lo cotidiano, ¿qué implica que Argentina salga de la OMS?
—Es una incógnita. No sabemos qué es estar fuera de la OMS porque somos integrantes prácticamente desde que se creó. Más bien tengo preguntas: ¿seguiremos recibiendo las alertas epidemiológicas? ¿Seguiremos recibiendo los registros de la OMS, a los que acudimos para ver cómo está la cosa en el plano internacional y cómo estamos como país? Los programas e insumos, ¿seguirán funcionando de la misma manera? ¿Se van a cortar las líneas de capacitación? ¿Qué va a pasar con los tratamientos para enfermedades crónicas no transmisibles, enfermedades transmisibles, HIV, oncológicas, enfermedades raras, los planes materno-infantil, el plan de tuberculosis? ¿Nos quedaremos sin medicamentos? ¿Vamos a seguir contando con los tratamientos de la OMS para las interrupciones del embarazo? El Estado, con el retiro que está haciendo, ¿se va a hacer cargo de todo eso? Me pregunto también cómo funcionará la articulación con países fronterizos.
—Mencionaba la tuberculosis. Hace apenas unos días el ministro de Salud, Mario Lugones, despidió al 40% del personal de la Dirección Nacional de Respuesta al VIH, ITS (infecciones de transmisión sexual), Hepatitis virales y Tuberculosis.
—La tuberculosis, como la lepra, es una enfermedad que la gente cree que ya no existe, pero sigue habiendo muchos casos. Santa Fe tiene bolsones de población en los que todavía hay circulación de esa enfermedad, entonces necesitamos seguir apoyando los programas de tuberculosis. Sin la OMS puede llegar a ser muy difícil.
—¿Cómo funciona la Organización Mundial de la Salud?
—La OMS es una institución supraestatal, de referencia internacional, integrada por casi todos los países del mundo, que se financia a través de los mismos países que la integran. Trabaja en distintas líneas de investigación, capacitación, apoyo a proyectos y programas de gestión y planificación. Pero no es vinculante. Lo que hace es aconsejar, brindar protocolos y apoyo, pero no tiene ningún poder de mando. Los países pueden adoptar o no aquello que dice la OMS. Es un órgano muy importante porque articula acciones, programas y proyectos entre los distintos países.
—Entonces no es válido el argumento de que afecta la soberanía del país.
—No, para nada, porque no tiene poder de castigo ni de condena. Sugiere, aconseja y articula acciones entre los distintos países. La soberanía no se ve afectada. Desprenderse de la OMS no tiene ningún efecto positivo.
—¿Cuál es la importancia de este organismo en países en vías de desarrollo como Argentina?
—La OMS participa en líneas de investigación y de capacitación técnica de una amplia cantidad de temas. Facilita la accesibilidad a insumos médicos y a programas de promoción y prevención. Podríamos nombrar varios programas e insumos médicos en los que la OMS facilita articulando entre países, de esa manera se puede acceder a los insumos de forma más fácil en cuanto a precios y distribución. También brinda apoyo ante desastres y catástrofes. Por ejemplo, participó en la inundación de Santa Fe (2003) a través de protocolos para la prevención de leptospirosis o en la erupción del volcán Puyehue, de Chile, que afectó con cenizas a Bariloche (2011). A lo mejor no necesariamente baja personal de la OMS a trabajar aquí, pero en esas situaciones se adoptan sus protocolos.
—¿Quiénes elaboran estos protocolos?
—La OMS está integrada por los países miembro y tiene comités de expertos internacionales procedentes de diferentes países y con diferentes experiencias. Esos comités de expertos trabajan en base a la evidencia, porque además la OMS tiene la evidencia internacional respecto a muchas enfermedades o situaciones de salud. De esa manera elaboran protocolos, guías y algoritmos de acción; son quienes evalúan los proyectos y programas de la OMS.
—¿Qué aportes hace esta organización en materia epidemiológica?
—La OMS lleva adelante la vigilancia epidemiológica internacional. Recopila información y lleva registros constantemente acerca de todas las enfermedades a nivel internacional. A partir de esa información se elaboran las alertas epidemiológicas, que te mantienen informado cuando una enfermedad se dispara o cuando aparece una enfermedad rara, como fue el caso del coronavirus.
Consultada sobre el argumento del gobierno nacional acerca de las políticas adoptadas en la pandemia, la médica sostiene: “Probablemente la OMS haya cometido errores o desaciertos durante la pandemia. A lo mejor debería haber sido más enfática con el tema del aislamiento; con las vacunas intervino a medias. Pero eso no significa que se tenga que dejar de lado esa organización con la importancia que tiene”, argumenta.
Califica el manejo de la pandemia en Argentina entre “bueno” y “muy bueno”. “En Argentina llegó la vacuna y se distribuyó rápidamente. Tuvimos test, vacunas y medidas de aislamiento y eso estuvo bien manejado. Puede haber habido errores, Argentina es muy grande, son muchas las provincias y también hay cierta autarquía de los gobiernos provinciales. Pero me parece que se logró cierta centralidad normativa. Y muchas de esas normas salieron de la OMS. Hay evidencia que corrobora que el manejo en Argentina fue bueno. Si uno mira lo que pasó en otros países de la región, Argentina estuvo bien”, valora.
Políticas en salud
Ante el anuncio, desde el gobierno provincial se posicionaron: “Es un anuncio que veremos cómo transcurre a la acción concreta porque creo que merece un espacio de reflexión y ese espacio debería ser el Consejo Federal de Salud (Cofesa) que se reúne el próximo 17 de febrero”, anticipó la ministra de Salud, Silvia Ciancio, en una entrevista brindada a Aire de Santa Fe. La funcionaria acotó: “Retirarnos no es apropiado y es un modo de aislarse que puede ser sumamente complejo».
Para Donnet, la iniciativa “es una cuestión personal de Milei, una chupada de medias a Donald Trump, porque no cabe en la lógica de nadie”. Y agrega: “Habría que empezar a discutir un poco más el tema de la salud, porque se sabe poco de la gestión en salud de este gobierno nacional; no se habla mucho del tema. El ministro de salud es un CEO. No tienen ninguna intención de trabajar en terreno, articulando, haciendo sentir la presencia del Estado como regulador. Tienen ese juego con las prepagas, que sólo las beneficia a ellas. Su objetivo es reducir al mínimo todo lo que sea público. Creo que en algún momento van a querer descentralizar más todavía de lo que ya se descentralizó en los 90. Cuando ocurren esas descentralizaciones sin los recursos necesarios son catastróficas, porque las provincias están ajustadas y no se pueden hacer cargo. Es una gestión neoliberal de la salud, que no considera a la salud como un derecho”.
—¿Cómo se refleja la política nacional en los consultorios?
—Santa Fe es una provincia que tiene cierta experiencia en salud, que ha tenido buenas gestiones en salud, con desaciertos y con muchos aciertos. Ha tenido gente interesante que ha gestionado bastante bien y eso acumula una experiencia importante. También hay una gran diferencia norte-sur, con un norte muy desprotegido y un sur mucho más armado. Hoy lo que más se ve, a nivel de la gestión hospitalaria, es el ajuste presupuestario. Hoy los hospitales se están haciendo cargo con sus propios recursos de muchas cosas en las que antes ayudaban la provincia o la nación. Vemos más gente en el hospital público y en los centros de salud que antes. Es gente que se ha trasladado al sistema público porque no pudo pagar más la prepaga, porque no puede pagar los coseguros o la parte que no le cubre la obra social, entonces busca medicamentos en la farmacia del hospital o pide estudios complementarios en el hospital.
En cuanto a la gestión provincial, considera: “Le falta un horizonte, algunas normativas más claras. Falta inversión y otra distribución de los recursos humanos: más gente y mejor paga. Me refiero a todo el sector de la salud, no solamente a los médicos”. Y concluye: “El sector de salud es un sector que quedó arrasado después de la pandemia y no se pudo recuperar. Arrasado psicológicamente y físicamente porque es uno de los que más trabajó en ese tiempo. Pero no hubo un reconocimiento de eso, económico ni de ningún tipo, a nivel provincial ni nacional”.