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«Santacroce no tiene un modelo de ciudad, tiene un modelo de negocio de la ciudad»

El flamante presidente de la UCR departamento Rosario, Ignacio Rímini, salió a marcar la impronta de su futura gestión, a la que llegó con apoyo del sector del gobernador Pullaro, pero no se olvidó de cruzar al intendente de Funes, donde es concejal y su principal rival a la Intendencia

Juan Ignacio Rímini es concejal de la ciudad de Funes y presidente de la UCR del departamento Rosario, impulsado en la interna por el espacio del gobernador Maximiliano Pullaro. El plenario que lo consagró en la presidencia no contó con la presencia de uno de los grupos internos, referenciado en la concejala María Eugenia Schmuck y en el rector de la UNR, Franco Bartolacci, pero según confió el flamante titular de los radicales quedaron lugares vacantes para un futuro acuerdo. Para Rímini, se necesitan voces «que defiendan al gobernador en el departamento» y ese es uno de los objetivos de su gestión como presidente del Comité departamental, además de perseguir «la ambición de que un radical gobierne Rosario y cada una de las comunas y ciudades del departamento».

Su familia respira tradición política radical en Funes. Su tío Juvenal fue intendente de Funes durante 8 años (2003-2011) y su padre Horacio concejal durante dos períodos. Es licenciado en economía, militó desde chico en el radicalismo: participó de Franja Morada y de Juventud Radical. «Eso fue lo que me nutrió para participar en política y tener una militancia activa en la UCR, que es un partido que históricamente se referenció con los desclasados, pero también con la clase media», sintetizó.

En 2015 se presentó por primera vez como concejal y logró entrar al cuerpo deliberativo funense. En 2019 se candidateó a la Intendencia. En 2021 se presentó como postulante a concejal por Juntos por el Cambio y en 2023 volvió a ir por la Intendencia, en el sector de Unidos referenciado en el actual gobernador Pullaro. Las dos veces perdió la pulseada con el actual intendente Roly Santacroce. Adversario electoral del actual intendente, cree que el dirigente peronista «no tiene un modelo de ciudad, tiene un modelo de negocio de ciudad».

—¿Cómo se llegó a tu elección como presidente del Comité departamental Rosario de la UCR?

—Fue una elección compleja, donde se llegó después de mucho tiempo a un consenso. Lo principal para marcar es que mi candidatura surge de los distritos, y es la primera vez en la historia desde la vuelta de la democracia en que el presidente de la UCR del departamento Rosario es el referente de un distrito que no es Rosario. Es un dato no menor, porque me siento muy contento y orgulloso de ocupar este cargo, pero muy comprometido también y con una gran responsabilidad de representar a los distritos.

La realidad es que el espacio Evolución, anteriormente Neo, el espacio del gobernador, creció en el departamento desde los distritos hacia Rosario. Y los distritos tienen mucho peso en el armado de Evolución, porque tenemos concejales en Pueblo Esther, en Funes, en Arroyo Seco, pero tenemos un presidente comunal en Soldini y un intendente en Arroyo. Y obviamente un armado muy grande, con integrantes y referentes en muchísimas localidades, marcando que además conseguimos tener un espacio de representación en el Concejo de Rosario, a través de la concejal Anahí Schibelbein. La fuerza motriz que justificó nuestra candidatura fue el apoyo de los distritos, que fue contundente y que fue el elemento basal, ese trabajo territorial, de Neo en estos últimos 7 u 8 años. Neo se consolidó en el departamento a través de los distritos.

Fue un proceso complejo, donde tuvimos algunas discrepancias internas, porque también se nos planteó la posibilidad de una candidatura de la concejala Schibelbein, por Evolución. Una vez resuelto eso, también tuvimos que resolver la interna con los demás sectores que forman parte del radicalismo, como el MAR del referente Julián Galdeano y el sector de Sumemos o Universidad, como se conoce, que referencia a María Eugenia Schmuck y Franco Bartolacci.

Una vez logrado el consenso interno dentro de Evolución, que creció muchísimo en este último tiempo con la consolidación del gobierno de Maximiliano Pullaro, llegamos a un plenario sin poder disipar las diferencias con el sector Universidad. Ahí fue contundente la presencia de delegados, que es la que nutre y habilita un plenario, y en ningún momento fue objetado el proceso por ninguno de los actores. Teníamos la necesidad de cumplir un quórum de más del 50% y llegamos a tener 220 delegados, sobre 330 con posibilidades de presentarse, es decir más del 65%, superando ampliamente el mínimo. Nos erigimos como conducción sin la presencia de Universidad, pero con la expectativa y las puertas abiertas como para que ellos confluyan en este armado partidario. Hemos dejado los lugares libres para cuando Universidad desee formar parte del espacio. Tenemos una vicepresidencia y secretarías vacantes dispuestas para ellos. Estamos en conversaciones y entiendo que vamos a poder lograr una resolución. Me parece importante que todos los sectores, por fuera de los posicionamientos electorales, sigan tributando en lo partidario, y que eso sea respetado.

—¿En qué no coinciden?

—Básicamente nosotros tenemos una mirada muy diferente del status quo partidario que venía viviéndose hasta el triunfo de Maximiliano Pullaro como gobernador. Maxi es un pacman que genera efervescencia política y ganas de participar. Y eso se vio en un espacio que creció enormemente en todo este tiempo y nosotros veíamos la necesidad de encabezar ese espacio en la ciudad de Rosario. El crecimiento en los distritos fue muy fuerte y el resultado electoral de Maximiliano en la ciudad fue contundente, recibió el 62% de los votos. Entonces no es menor la necesidad nuestra y la posibilidad de ordenar, de cranear, un nuevo radicalismo en el departamento, principalmente en Rosario, con ambiciones fuertes de liderar tanto la intendencia de Rosario como las aledañas. Yo vengo de Funes pero no quiero dejar de lado este hito político, que después de 60 años tenemos un gobernador. Y no hay que dejarlo pasar.

—¿Cuál sería la impronta que le querés dar a esta gestión?

—En primer lugar quiero consolidar el rol de la UCR dentro del armado de Unidos, me parece que hay que consolidarlo porque fue una herramienta electoral y necesitamos consolidarla como una herramienta de gestión. Hay que pensar que son diez los partidos que participan dentro de Unidos para Cambiar Santa Fe. Eso lleva a mucho diálogo, a mucho consenso, a muchas bilaterales, eso me parece fundamental. Y también tenemos que ser la defensa en el rol del gobernador, hoy no encontramos voces que defiendan al gobernador en el departamento. Me parece que es fundamental el respaldo a la gestión del gobernador, con programas que se vienen trabajando desde hace varios años, desde que él dejó el Ministerio en el 2019, hay que coincidir con todos los actores, pero hay un núcleo de trabajo. Y nosotros tenemos la necesidad de modernizar y sacar al Comité y el partido a la calle. Hoy la dinámica de las redes sociales hace que los comités, las básicas, sean poco atractivas, y que pase toda la comunicación en otro ámbito. Sin olvidarnos de los orígenes, sin olvidarnos de nuestra mística partidaria, tenemos que estar a tono con las necesidades de la gente, escuchándola. Y ser un respaldo para al gobierno de Maximiliano Pullaro, y por supuesto ser una herramienta para colaborar en los procesos electorales. Dar herramientas a los correligionarios para ser, si la ciudadanía así lo decide, fuentes de transformación social. La realidad es que nosotros tenemos la ambición de que un radical gobierno Rosario y cada una de las comunas y ciudades del departamento. Y ahora estamos a vistas de una elección, donde vamos a poner todo el esfuerzo para consolidar Unidos.

—¿En Rosario quién podría ser ese candidato?

—Bueno, hay mucho ruido en torno a eso. Me parece que en primer lugar tenemos que ordenar la tropa radical, la participación del sector de Universidad sería un paso importante. Se están barajando algunos nombres que no tienen la consolidación ni la solidez como para salir a plantearse como candidato. Me parece que es un proceso que se va a llevar adelante, donde surgen muchísimos actores. Y obviamente que hay gente muy valiosa en el gobierno, y en la sociedad en su conjunto, que participan como ministros y como secretarios, pero me parece que el primer rol nuestro es ordenar y fijar un rumbo claro de consolidación del partido dentro de Unidos, y después veremos los nombres. Por supuesto que va a haber muchos interesados y distintas miradas.

—Por otro lado, ¿cómo estás viendo la ciudad de Funes y la gestión actual?

—En seis, siete meses, pasamos de la mejor ciudad para vivir a la emergencia económica. Eso es lo que marca este período, donde hubo un incremento muy grande de la TGI, por encima de la inflación, fácil 80% desde enero, y hubo una caída en la prestación de servicios muy grande, se creó una tasa de combustibles.

Pero por fuera de eso el desafío de la ciudad de Funes es el crecimiento futuro y salir a tratar de competir, de buena forma, con la inversión privada. La ola de inversión privada es muy importante, para el crecimiento de la región y de la ciudad de Funes, pero no hay un ordenamiento claro. Y eso se ve en indicadores muy graves de accidentes de tránsito, hay una fatalidad enorme, y eso marca un desafío futuro de la ciudad.

Nosotros vemos un desafío del Estado, y el Estado ahí no tiene que cumplir un rol obsoleto, como lo marca el intendente, que hoy parece que quiere ser libertario. Me parece que el Estado tiene que ser eficaz y eficiente, y dar soluciones, herramientas. Hay grandes déficits respecto al rumbo de la ciudad, a la planificación, a los ordenamientos básicos. Hoy Funes tiene un solo acceso por autopista. Y en los horarios pico de la semana y de los fines de semana el embotellamiento es altísimo. Y eso es el hilo de un carretel enorme de problemas, que no van a cristalizarse en la gestión de Santacroce, sino que van a venir a futuro. Porque estamos en una ciudad de 48 o 50 mil habitantes, con una proyección, con todos los desarrollos que impulsó Santacroce, a fácil 100.000 habitantes en menos de 10 años. Y la verdad que Santacroce no tiene un modelo de ciudad, tiene un modelo de negocio de la ciudad. Y por eso sale tan vehementemente a victimizarse cuando se toca un modelo de negocio. Porque él tiene una mirada muy empresarial de la ciudad, pero que él debería complementar con una mirada de planificación, de crecimiento.

—¿Te referís al freno de la provincia de dos emprendimientos que tenían el aval del intendente?

—Efectivamente, porque nosotros tenemos que entender que a la inversión hay que encauzarla. El Estado no puede dejar al azar los controles o las exigencias, con respecto a determinada inversión, ya sea desarrollo inmobiliario, construcción en altura o la implantación de una fábrica. Veo ese déficit, porque cuando la ciudad se empiece a consolidar, vamos a tener enormes problemas.

El problema que noto ahora es la conectividad, tenemos dificultades en el transporte y tenemos dificultades para llegar de la periferia al centro de Funes. Y esos problemas se van a agravar si no tomamos a tiempo esta necesidad de planificar. Porque en un momento donde hay recursos extraordinarios, unos 28 millones de dólares en todo este tiempo, que los desarrolladores dejan a la ciudad una sola vez. Y esos 28 millones de dólares se utilizan para pavimentaciones que no resuelven problemas estructurales de la ciudad. Entonces vemos que no resolvemos cloacas, gas y agua, y ese es el déficit. Hoy el vecino está planteando otras cuestiones como el agua. No puede ser que en pleno siglo XXI sigamos yendo a buscar agua a una canilla pública. Hoy más del 50% de la ciudad no tiene agua ni cloacas.

Hemos avanzado mucho en el gas, pero hay zonas como Funes City, Funes Town o Funes Norte, y loteos que están en zonas contiguas que no tienen gas. La discusión pasa por otro lado: cómo mejorar la calidad de vida y cómo hacer una ciudad inclusiva para todos, para el que quiere venir porque se siente más seguro o cómodo, porque la pandemia reconfiguró su forma de ver la vida, y quiere salir del departamento, y para el que vivió históricamente en Funes y tiene grandes demandas sin resolver.

—¿Por qué decís que el intendente Santacroce quiere ser libertario?

—Porque hoy Santacroce gasta más tiempo en su proyecto personal de ser diputado nacional, que en resolver los problemas de la ciudad. Se nota en las recorridas y en los planteos que hace. Y él viene del kirchnerismo, la gente no lo olvida, y aunque trate de darle un manto del discurso de época antiestatal todos sabemos de dónde viene. Hay un esfuerzo bastante notorio para tratar de desmarcarse de donde viene, que es el kirchnerismo.

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