Steve Cropper, uno de los mejores guitarristas de la historia y el creador de potentes e inigualables riffs

Durante dos o tres décadas –las del 80, 90, 2000–, en las diferentes encuestas para determinar los guitarristas claves de la historia del rock, existía un lugar siempre ocupado, el primer puesto tenía ya un nombre grabado, el de Jimi Hendrix y ya no resultaba una sorpresa para nadie. Pero poco a poco se fue colando un nombre no demasiado conocido fuera de Estados Unidos e Inglaterra ocupando el segundo puesto, el de Steve Cropper, quien además estaba vivo, es decir, pasaba a ser el mejor guitarrista que todavía caminaba sobre la tierra. Cuando le preguntaron qué opinaba sobre el asunto, Cropper expresó: “Muy exagerado, conozco mis virtudes y debilidades. Me siento más cómodo con otra lista, la que sacó (la revista) Rolling Stone: yo estaba en el treinta y tantos pero al lado de Bo Diddley, lo que tenía más sentido”, lo que puso de manifiesto cierta humildad para referirse a su talento; sin embargo muchos otros guitarristas, de blues y rock sobre todo, aseguraban que ese lugar era merecido.

Su fama ya iba volviéndose legendaria mientras fue el guitarrista de Booker T. & The MG’s, sobre todo con el híper éxito conseguido con temas como “Green Onions”, “Soul Limbo” y “Time is Tight”, pero también con sus trabajos compositivos que tocaron Otis Redding («Sittin’ on) The Dock of the Bay» y «Mr. Pitiful»); Wilson Pickett («In the Midnight Hour» y «634-5789»); Eddie Floyd («Knock On Wood» y «Raise Your Hand»), entre otros afamados músicos que interpretaron sus temas y demuestra también su versatilidad para moverse entre el blues y el soul, el rock y el R&B con un sello muy propio. Claro que hay un rol tal vez más destacado, que le permitiría incluso ser conocido en otros ámbitos: fue el guitarrista principal de The Blues Brothers, el grupo musical de los también actores John Belushi y Dan Aykroyd.

Cuestión de estilo

Tal vez el estilo de Cropper no era demasiado llamativo, en el sentido que sus riffs podían verse como sencillos y pegadizos, pero esos elementos y un sólido e imaginativo sentido del ritmo lo posicionaron como alguien que contribuyó a la definición de la música soul de Memphis. Su posición como músico comenzó a ser respetada por sus declaraciones acerca de que no le interesaba apropiarse de lo producido por músicos negros –cuando en los 60 y 70 era común entre músicos blancos–, y ganar más dinero, sino que sus intenciones eran colaborar con esa usina de producción, porque allí ya estaba el sentido verdadero de lo que querían hacer y él solo podía aportar.

Cropper mantendría ese bajo perfil durante toda su carrera, y eso se ponía en evidencia cuando describía algo de su estilo: “Escucho a los otros músicos y al cantante”. No me escucho solo a mí. Me aseguro de que sueno bien antes de empezar la sesión. Una vez que presentamos la canción, entonces escucho la canción y la forma en que la interpretan. Y toco alrededor de todo eso.  Ese es mi estilo”, describió. Sí pasaba que todos admiraban el sonido que Cropper conseguía con su viola, cuyas virtudes tenían que ver con la precisión y la prescindencia de virtuosismos innecesarios.

Keith Richards dijo que simplemente era “perfecto”, y el virtuoso guitarrista Joe Bonamassa expresó una vez que los riffs del integrante de Booker T. & the MG’s, eran imitados frecuentemente. “Aunque no sepas exactamente  quién es Cropper, has escuchado algunos de sus movimientos en muchas canciones”, aseguró. El nombre de Cropper quedó inmortalizado en el tema “Soul Man”, que en 1967 se convertiría en un éxito, grabado por Sam & Dave. A mitad de la canción, el cantante Sam Moore exclama “¡Tócalo, Steve!” mientras el guitarrista ejecuta un riff conciso y apabullante, un sonido que parecía deslizarse, logrado por Cropper con un encendedor Zippo. El intercambio fue recreado a finales de la década de 1970 cuando el guitarrista se unió a The Blues Brothers y tocó una brillante versión de “Soul Man”.

Creador de «exitos»

Booker T. & the MG’s era una banda racialmente integrada –algo inusual para la época–, y un llamador para otros músicos que querían tocar y sentirse parte, especialmente Wilson Pickett. Formada por Cropper, el tecladista Booker T. Jones, el bajista Donald “Duck” Dunn y el baterista Al Jackson –Jones y Jackson eran negros– la integración humana y musical era notable y a todos los unía la música y grabar discos que fueran creativos. En esa época grababan en Stax, una productora casi enteramente dedicada al soul –a una vertiente del soul más precisamente–, que había incorporado hacía poco a Wilson Pickett, una estrella en ascenso que era referencia en el género. Cropper reconoció que nunca había oído hablar de Pickett antes y por eso se puso a buscar grabaciones y encontró algunas de góspel del cantante que le gustaron y lo llevaron a colaborar con él.

Cropper también conocía a Otis Redding, con quien colaboró en la canción “(Sittin’ on) the Dock of the Bay”, terminada poco antes de la muerte de Redding en un accidente en diciembre de 1967 y que llegó a la cima del Billboard en 1968. Se trataba de una balada melancólica, casi una reflexión agridulce sobre la aparición de Pickett en el Festival Pop de Monterey. Cropper había agregado los toques finales a la grabación mientras lamentaba la muerte de Redding.

La productora Stax se destacaba porque había podido articular un sonido más crudo. Su principal consigna era que blancos y negros grababan juntos en plena segregación, y contaba con Booker T. & the MG’s como núcleo creativo y sección rítmica residente. De esa convivencia surgiría un lenguaje original que podría resumirse en bases bien concretas, riffs repetidos, silencios sonoros y una producción bien artesanal. Cropper fue uno de los artífices principales de esa economía del groove, que carecía de cualquier ornamento y gratuidad.

Una figura vigente

Además de un gran guitarrista, Cropper era un avezado constructor de canciones, a las que le imponía un ritmo que repetía continuamente, sin otro artificio. Esa influencia puede verse todavía en el funk, el rock sureño y en lo que sostiene al hip-hop. Cropper apareció en la película The Blues Brothers (John Landis,1980) y en su secuela, Blues Brothers 2000 (John Landis, 2000), interpretando a “El Coronel” en la banda de los Blues Brothers.

También fue el guitarrista durante las giras en vivo de los Blues…, y en 2005 fue incluido en el Salón de la Fama de los Compositores. Con Booker T. & the MG’s no solo grabó en estudio, sino que junto a la banda salió de gira en diversas etapas, entre los 70 y los 90, acompañando a Bob Dylan, Neil Young y John Fogerty, entre otros. Tuvo nueve nominaciones a los Grammy y ganó dos de ellas, a mejor actuación pop instrumental y a la trayectoria; en 2005 fue incorporado al Salón de la Fama del rock y en sus últimos años siguió grabando, tocando en vivo y colaborando con artistas de generaciones distintas.

Su trayectoria puede verse en detalle en documentales dedicadas al legado de Memphis. Su figura se mantiene vigente como referencia para guitarristas de todo el mundo. El guitarrista que secundaba a Jimi Hendrix en las listas de los mejores murió en Nashville, Tennessee, la semana anterior, a sus 84 años.