Fotos: Juan José García
Ante el estruendoso silencio del CGT, y mientras el saqueo del país avanza cada día como política de Estado de la gestión de Javier Milei, una vez más el movimiento de mujeres y diversidades tomó la calle, como el 1° de febrero pasado, para repudiar la política libertariana.
La contundente movilización en todo el país de las trabajadoras recordó cada uno de los derechos conquistados desde la recuperación de la democracia que se han perdido o están amenazados, y reclamó –además de volver a marchar el 24M– un paro nacional activo contra el totalitarismo.
En cada movilización se leyó la Proclama única para éste #8M acordada por las organizaciones del colectivo.
PROCLAMA 8M 2025 by Claudio de Moya
En Rosario, la huelga internacional feminista, antifascista y antirracista tuvo una masiva movilización de plaza San Martín al Monumento –donde se leyó el documento de las organizaciones convocantes–, plagada de carteles contra el machismo que encarna hoy el gobierno.
“Las docentes, las que defienden el aborto legal, las estudiantes, las médicas y enfermeras, las piqueteras, las jubiladas, las brigadistas, las originarias”: la enumeración no fue taxativa pero dio cuenta de un mapa con las luchas de mujeres y disidencias en estos últimos 15 meses.
Las demandas que se expresaban en carteles y pancartas evidenciaban que se está llevando la lucha de feminismos y disidencias a un abierto enfrentamiento con el gobierno nacional y su permanente negacionismo, y esta vez con un ánimo especial: pocas horas antes de las masivas movilizaciones, la maquinaria oficial de publicidad emitió un video que sembró estupor. En una insólita construcción, la gestión de La Libertad Avanza se vanagloria de haber demolido el Ministerio de las Mujeres, Género y Diversidad, y sostiene que su existencia misma fue “un despilfarro”.
En coincidencia con el cierre de la cartera, además, se vaciaron y desfinanciaron claves programas de protección a las víctimas, lo que según esta pieza oficial constituyó un paso hacia la “igualdad”. Y como moño proclama que no fueron esos programas y campañas los que disminuyeron femicidios, travesticidios y transfemicidios –por el contrario, sostiene que aumentaron– sino la actual acción de: “El que las hace, las paga”. La surrealista afirmación no toma en cuenta el campo abierto para denunciar casos concretos, que se mantenían en la impunidad por la indefensión preexistente; y menos que ahora mismo estén menguando denuncias por la feroz campaña oficial contra lo que caracteriza como “woke”, que pareciera ser todo excepto las “fuerzas del cielo” y las “ideas de la libertad”.
La negación criolla tiene perspectiva global, y es desmentida por cualquier relevamiento serio al respecto.
Vivas nos queremos
Según publicó Amnistía Internacional, en el mundo una mujer es asesinada cada 10 minutos por su pareja. En lo que va de 2025, hubo un femicidio cada 27 horas, según el observatorio Ahora si nos ven. En 2024 hubo un femicidio cada 30 horas. En Argentina, el 73 por ciento de las víctimas conocía a su agresor: su pareja, su ex, su familiar. El hogar es el lugar más peligroso para mujeres y niñas. El 60.2% por ciento de los femicidios fueron cometidos por parte de parejas u otros miembros de la familia. Mientras que en el caso de los crímenes a varones fueron solo el 11.8%.
En el primer semestre de 2024 se ejecutó un 23 por ciento menos del presupuesto destinado a la lucha contra la violencia de género.
El programa Acompañar tuvo una reducción del 82 por ciento en comparación con 2023.
La línea 144 se ejecutó un 28 por ciento menos del presupuesto asignado durante el primer semestre de 2024 en comparación con 2023.
Un informe de la Usina de datos y de la Agencia de Género y Sexualidades de la UNR señaló que la distribución de las tareas domésticas y de cuidado siguen siendo desigual. Y en más del 70 por ciento son hechas por mujeres.
En cuanto al mercado de trabajo las mujeres representan una tasa de actividad del 54.4 por ciento, mientras que los varones llegan al 70.5 por ciento. Y en relación con el empleo, las mujeres tienen un nivel de un 50 por ciento y los varones de un 67.6 por ciento.
La brecha salarial es otro de los indicadores evidenciados en los ingresos. Tanto en el Gran Rosario como a nivel nacional, la brecha supera el 27 por ciento. La informalidad afecta de forma más contundente a mujeres y repercute en la falta de aportes jubilatorios. El 85 por ciento de las mujeres accedieron a jubilaciones a través de las moratorias. Desde marzo de 2025 se descontinuará esta política.