La población LGBTINB+ (lesbianas, gays, bisexuales, travestis, trans, intersexuales, no binaries y más) es la que más reconoce haber vivido violencia laboral: el 84% así lo reporta, cifra que asciende al 91% en personas travestis, trans y no binaries (TTNB)
Por Mariano González King. Equipo diversidad Grow-género y trabajo
En el marco del Día Internacional del Orgullo, el informe “Inclusión en alerta: Barreras al bienestar laboral”, elaborado por Grow – género y trabajo y MundoSur, expone la persistente violencia laboral hacia personas LGBTINB+ en América Latina. Basado en 3.243 encuestas realizadas entre julio y octubre de 2024 —de las cuales 320 corresponden a personas LGBTINB+—, el estudio dialoga con el Convenio 190 de la OIT y analiza cómo la orientación sexual, identidad y expresión de género continúan siendo factores de exclusión y maltrato en el ámbito laboral.
La población LGBTINB+ (lesbianas, gays, bisexuales, travestis, trans, intersexuales, no binaries y más) es la que más reconoce haber vivido violencia laboral: el 84% así lo reporta, cifra que asciende al 91% en personas travestis, trans y no binaries (TTNB).
Cuando se identifican tipos específicos de violencia, los porcentajes crecen aún más: 96% de las personas LGBTINB+ y 99% de las TTNB afirman haberla sufrido cuando se les presentan ejemplos concretos. Entre los tipos más comunes, se destaca la violencia psicológica (89,3%), seguida por la económica (83,1%), simbólica (76,9%), sexual (51%) y física (17,8%).
Es necesario destacar que más de la mitad de las personas LGBTINB+ encuestadas reportó haber vivido situaciones de violencia sexual en el ámbito laboral. Estas cifras duplican las reportadas por varones cis heterosexuales y superan en un 6,2 con mujeres cis heterosexuales. Este tipo de violencia se ve reforzada por estereotipos de hipersexualización y humillación o maltrato sexual como forma de “corrección”, humillación o ejercicio de poder.
Pese a este escenario, el informe destaca que las personas LGBTINB+ son quienes más acciones emprenden frente a estas situaciones: el 48% buscó apoyo en sus compañeros/as de trabajo, el 28% reportó a líderes y el 15% denunció fuera de la organización. Las respuestas institucionales siguen siendo insuficientes, y el principal respaldo proviene de los vínculos entre colegas.
Las consecuencias para quienes denuncian son graves: el 57% reporta afectaciones en su salud y el 20% fue despedido tras denunciar. A su vez, el 45% de quienes no accionaron frente a la violencia lo hizo por temor a perder el empleo.
Este informe nos revela la necesidad y urgencia de trabajar en los espacios de trabajo una sensibilización profunda y preventiva de la violencia laboral. Estas estrategias deben incluir necesariamente las variables de orientación sexual, expresión e identidad de género.
En estos tiempos, aún con sendos avances legislativos en favor de los derechos humanos de las personas LGBTINB+ en todo el continente, este estudio nos clarifica una deuda pendiente específica de los espacios de trabajo. Estas medidas de sensibilización necesariamente deben dialogar con canales, protocolos y políticas institucionales que persigan el mismo objetivo: la erradicación definitiva de la violencia laboral.
Es una enorme tarea pero también lograble con la estrategia adecuada y los equipos de trabajo necesarios para abordarla.
El aumento de la actividad militar estadounidense en el Caribe, las acusaciones de narcotráfico contra…
El pronóstico anuncia fuerte respiro térmico hacia el fin de semana, con probabilidad de tormentas,…
El programa tendrá a Universitario C con Provincial C desde las 19 y a las…
El Renault Kwid, el modelo más accesible con un precio de $26.510.000, exige 80 sueldos…
El presidente acusó a Estados Unidos de un acto de “piratería” y aseguró que los…
La medida busca unificar las normas sobre inteligencia artificial en Estados Unidos y frenar regulaciones…