Muchas personas tienen la costumbre de alargar la vida útil de los alimentos apelando al frío. Pero no todos son aptos para ese modo, y en algunos es más contraproducentes: entre ellos está el que casi siempre ocupa el centro de la mesa servida
Si bien la costumbre de guardar alimentos en la heladera es común para prolongar su vida útil, es importante destacar que no todos los productos son adecuados para esa práctica.
Algunos alimentos, como el pan o los tomates, pueden perder su textura y sabor original al mantenerlos en frío. Por ello la recomendación es ser más selectivos para disponer cuáles alimentos dejar en la heladera y para cuáles lo más conveniente es buscar un rincón fresco y seco en el ambiente hogareño. Aunque con la ola de calor de las últimas jornadas parezca una misión imposible.
El pan es un alimento que aparece en todas las mesas de los hogares y, muchas veces, cuando sobra, algunas personas deciden guardarlo en la heladera. Sin embargo, hacerlo es una decisión errónea.
En ese sentido, el portal Alimente explica que «aunque parezca ir contra toda lógica, envolverlo con un film transparente y dejarlo en un estante de la heladera es, probablemente, una de las peores cosas que se pueden hacer para evitar su degradación».
En similar sentido, el blog especializado en alimentación Serious Eats explica que «la harina de trigo, el ingrediente principal de la masa de pan, está repleta de gránulos de almidón”, que “en su estado natural se encuentra en gran medida en forma cristalina», lo que aporta textura y firmeza en la masa horneada, aunque también manteniendo un grado de elasticidad y humedad, que se va perdiendo con el paso del tiempo.
Pero una vez en la heladera, la baja temperatura del interior acelera el proceso de recristalización: “A medida que el pan se enfría, esos almidones comienzan a reagruparse lentamente en una estructura”, explica el sitio.
Por lo tanto si el pan se coloca en la heladera:
A la hora de conservar el pan, el sitio Alimente aconseja que «siempre es mejor dejar el pan en la despensa a temperatura ambiente».
Por otra parte, la recomendación es comprar el pan entero antes que en rebanadas y guardarlo en bolsa de papel: a diferencia del plástico, si bien el endurecimiento es más rápido, le permite respirar mejor, evitando la acumulación de humedad y la formación de moho.
Si no se consume, también hay otra alternativa: guardarlo en el freezer, donde puede conservarse hasta seis meses. En ese caso, lo mejor es guardarlo en rebanadas o porciones que se puedan retirar fácilmente, de modo de descongelar a temperatura ambiente lo que se vaya a consumir.
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